Sunday, February 24, 2008

reconfirmacion autobiografia de CAICEDO

hoy, domingo 24, salio esto en EL TIEMPO de Bogota, el decano de Colombia

lo de Caiciedo va y ahora es público es el país más claves de todo
aqui va la nota de Andrés Zambrano




El escritor chileno Alberto Fuguet hará 'autobiografía' de Andrés Caicedo
En el año 2000, él encontró en una librería peruana una copia de Ojo al cine, la recopilación de las críticas cinematográficas de Caicedo.
La leyó y descubrió que 25 años antes había vivido en una ciudad colombiana alguien que era su alma gemela.

Desde entonces, se convirtió en un apóstol de ese 'profeta' caleño del cine y la literatura. Este año, el autor de Las películas de mi vida y coautor de la aún polémica colección de cuentos Mc Ondo, tiene como gran proyecto escribir la autobiografía de Andrés Caicedo. Su idea es poner al escritor caleño en el sitio que se merece en la literatura latinoamericana.

Fuguet, que hace siete años fue, para la revista Time, uno de los 100 latinoamericanos del futuro, sabe lo que dice.

EL TIEMPO: ¿Cómo fue ese enamoramiento?

Alberto Fuguet: La primera vez que llegué a Colombia yo sentí que iba al país de Andrés Caicedo y no al Macondo de García Márquez (...) Caicedo estaba adelantado a su tiempo. Es el padre de Mc Ondo. Es más, en estos días un amigo crítico de Chile me dijo: 'Aún hoy estaría muy adelantado'. En América Latina todavía uno ve tipos aficionados al cine que están preocupados por el Festival de La Habana.

Una autobiografía de Caicedo escrita por usted, ¿cómo es eso?

Andrés tenía una compulsión de querer escribirlo todo. Hacía copias al carbón de su correspondencia y eso ya es muy raro. Mi papel va a ser como el de un productor musical, soy una especie George Martin (productor de los Beatles), con la responsabilidad de sacar lo mejor que tiene su obra. Estoy haciendo un documental por escrito.

¿Dijo que quería peluquear a Andrés Caicedo?

En Colombia esa es la imagen. Uno llega y casi que ve su imagen, el pelo largo,guapo, alto, un roquero, un James Dean eternamente joven, Pero si uno lo lee y no lo conoce se imagina que era alguien con el pelo corto, de anteojos, tartamudo, bastante nerd, que pasa todo el día en el cine y que no era muy bueno para bailar. Una de mis misiones es cortarle el pelo y afilarle la pluma.

¿A qué se refiere?

Que la gente se fije solo en sus textos y no en el mito. Uno siente que ¡Qué viva la música! es un libro muy colombiano y caleño. Por lo tanto no es una novela que pueda viajar tan fácilmente. Sí creo que su obra literaria pueda viajar después de un libro como este.

¿Su vida puede ser una película?

No, porque esa historia se ha contado mucho, es la del chico más o menos talentoso, con buena pinta, que muere antes de tiempo.Eso es parte de nuestra narrativa desde siempre. La obsesión con la juventud y la muerte viene desde Ícaro, pasando por Rimbaud, James Dean, Heath Ledger. Caicedo era alguien muy complejo, frágil y extremadamente necesitado de las artes, no era un Jim Morrison que quería vivir la vida al máximo.

¿Un autor para adolescentes?

Este libro no va a ser uno para el público adolescente, está dirigido a la gente que le interesa la literatura y quiere ingresar a los territorios del dolor y del abandono. Pero esa imagen es un poco culpa de él, porque murió a una edad en la que solo dejó libros de ese tipo. Era muy fan de Vargas Llosa y era porque él escribía sobre jovencitos.

¿Caicedo estaba consciente de su importancia?

Absolutamente, nadie escribe cartas tan personales con copias y las archiva.

Friday, February 22, 2008

EXCLUSIVO: LIBRO NUEVO--produciendo y editando a Andrés Caicedo

PRONTO: la primera autobiografía de Andrés Caicedo
abril 2008 , via editorial NORMA, en todas las librerías de América Latina

En efecto, ya es oficial: hoy salió en La Tercera y yo lo confirmo, claro.
Hace ya unos meses llegué a un acuerdo con Norma y con la famila Caicedo para hacer un libro de Andrés. Barajé diversas ideas y la primera, claro, fue una biografía. Pero algo me ha enseñado que cuando se te ocurre una idea creativa es mejor desechar la primera q se te ocurre pues es la más obvia y cliché. Así, fue surgiendo la idea de dejarlo hablar solo. De procesar y editar, montar, su material escrito (todo lo que dejó inédito y cosas que están perdidas o disperdigadas por ahí) para así dejar contar su propia versión de los hechos, su vida fusionada con el cine, sus descensos a los infiernos, su apabullante fragilidad y su incisiva inteligencia.

Creo que el libro será importante, sorprendente, inmensamente triste y absolutamente valiente y despojado. Y estoy honrado, orgulloso, nervioso y sobregirado con el poder hacerlo.

Vengo llegando de Colombia donde tuve acceso a la colección Caicedo en la alucinante Biblioteca Luis Angel Aranda, en Bogotá; tb estuve en Cali, la ciudad que Andrés tanto amo y odio. He vuelto con mucho material y sintiendome muy cercano a este talento adelantado a su tiempo.

Un amigo productor musical me dijo que lo que haría sería lo que hace él: sacarle lo mejor a otro. En eso estoy y en esto estaré. Mi etapa George Martin, Brian Eno.

eso
durante la semana posteare algo exclusivo
una suerte de adelanto de un adelanto de un adelanto

gracias a todos los q me apoyaron y acogieron en Colombia: María Victoria Caicedo y Rosario Caicedo (x fono y mail); Luis Ospina; Sandro Romero; Patricia Restrepo; Ramiro Arbalaez; Hernando Guerrero; Alejandro Martin; Ricardo Silva Romero y Ma Elvira Bonilla, entre otros.

aqui va la nota:

Fuguet prepara antología de Andrés Caicedo

Famoso en Colombia pero ignorado en Latinoamérica, Caicedo se opuso al realismo mágico como novelista y fue, además, un apasionado cinéfilo que se suicidó a los 25 años. Es la obsesión de Fuguet, quien organiza sus papeles para dar forma a una singular autobiografía.

x Roberto Careaga

22/02/2008 09:59

Andrés Caicedo sabía lo justo de inglés cuando en 1973 llegó a Los Angeles, Estados Unidos. Iba emocionado. Creía que Hollywood lo recibiría con los brazos abiertos: él también era un cinéfilo. Tenía 22 años. Desde su Cali natal, llevaba tres guiones que su hermana había traducido desde el español. Y aunque lo intentó, no hubo caso: el legendario director del cine B, Roger Corman, nunca lo recibió. Nadie le abrió las puertas. Volvería a Colombia después de un mes, definitivamente sin proyectos cinematográficos pero con las primeras notas para la novela ¡Que Viva la Música! El libro se publicó el 4 de marzo de 1977, pocas horas antes de que su autor ingiriera las 60 tabletas de seconal que lo mataron. Tenía 25 años.
Cerca de 20 años después, Alberto Fuguet encontró en una librería peruana un voluminoso libro titulado Ojo al Cine. Firmaba Caicedo. Eran las críticas de cine que había publicado en un diario de Cali y en su propia revista. Fuguet siguió la huella y se encontró con un autor pop y deliberadamente a contrapelo del influjo de García Márquez.
Una leyenda: un escritor con look de estrella de rock y con una decena de libros que, actualmente, venden miles de copias en Colombia. Caicedo provoca reacciones intensas: la lápida de su tumba ha sido robada dos veces. Pero en el resto del
mundo, eso sí, Caicedo es un desconocido. El autor de Por Favor Rebobinar pretende cambiar esta situación. “Le propuse a la familia ayudar a internacionalizarlo”, cuenta. Y en eso está.

ESLABON PERDIDO
Tras reunirse con la familia del escritor en Colombia, Fuguet trabaja en “la primera autobiografía” de Caicedo. Su papel será el de organizar y editar sus diarios, cuadernos inéditos y la enorme cantidad de correspondencia, de la cual dejó copias. “Tiene tanto material de no ficción, que con un buen montaje y transformando algunas de sus cartas, se convertiría
en una autobiografía. Es como jugar con todo el material que Andrés ha dejado, encontrarle su voz y sacar lo mejor”, explica.
Sin fecha de salida, el libro será lanzado en toda Latinoamérica por Norma. Será el fin de una “obsesión” para Fuguet, que si se hubiera desencadenado antes podría haberlo hecho dudar de su oficio: “Si lo hubiera leído antes, quizás no sería escritor. El ya hizo lo que me interesaba hacer a mí. Ser un cinéfilo latinoamericano, anti realismo mágico que escribe guiones, que filma... Probablemente no me habría atrevido, o hubiera sentido que no era necesario”, reconoce.
Caicedo siguió una ruta similar a la de Fuguet. Pero demasiado rápido. Antes de caer muerto sobre su máquina de escribir, fundó un Cine Club en Cali, filmó dos películas, escribió una treintena de cuentos y tres novelas sobre la juventud de la clase alta de Cali, pasó por clínicas psiquiátricas, se obsesionó con Vargas Llosa y, como nadie, rechazó a García

“Caicedo -agrega Fuguet- es el eslabón perdido del boom. Y el enemigo número uno de Macondo. No sé hasta qué punto se suicidó o acaso fue asesinado por García Márquez y la cultura imperante en esos tiempos. Era mucho menos el rockero que los colombianos quieren, y más un intelectual. Un nerd súper atormentado. Tenía desequilibrios, angustia de vivir. No estaba cómodo en la vida. Tenía problemas con mantenerse de pie. Y tenía que escribir para sobrevivir. Se mató porque vio demasiado”, dice.

Wednesday, February 13, 2008

ser como ATLAS


de DIARIO DE UN MAL AÑO, de J.M. Coetzee...

¿Por qué escribe esas cosas? ¿Por qué, en vez de hacer eso, no escribe otra novela?
Es lo que le da bien, ¿no?, las novelas
¿Una novela? No, ya no tengo la fortaleza necesaria. Para escribir una novela tienes que ser como Atlas, cargar con todo un mundo en tus hombros y sostenerlo durante meses y años , mientras todos sus asuntos se resuelven por sí mismos. Es demasiado para mí en mi estado estado actual.


cierto
¿quizás la no ficción no cargas todo el mundo sino tu mundo o parte del mundo?

una historia de carretera: en ingles

la revista on-line Words Without Borders de USA se especializa en detectar libros y tendencia en otras idiomas q no son el ingles con el fin de traducir trozos an English para mostrarle a los gringos que no todo lo q se crea es en inglés. En un número especial dedicado a las novelas gráficas se fijaron en Road Story.

Bien.

http://www.wordswithoutborders.org/?lab=FuguetRoadStory




Don Héctor.... nada mas, nada menos

de viaje, en tierras cinefilas, calidas y caicedianas, pero un minuto libre
y posteo esto q salio hace unos dias en el WIKEN-- la columna (Dejenme en Paz) de mi amigo de toda la vida, el gran Sergio Paz.

Paz conoce a don H via mia hace muchos muchos años y se las mandó, nos emocionó a todos, y no fue nada de bizarro sino simplemente maestro---grande Paz!

UNA VIDA CRITICA ha sido un exito de ventas, ha provocado muchas cosas, discusiones y comentarios, pero sobre todo, ha generado un impresionante despliegue de emociones a Don H

como bonus recomiendo un podcast muy divertido donde Soto va a Cineconchile y
no paran a hablar como urracas: es una conversacion extremadamentre frik, cinefila y divertida

http://cineconchile.wordpress.com/2008/01/26/cineconchile-17/




Don Héctor Soto

Por Sergio Paz

Alberto Fuguet y Christian Ramírez acaban de editar Una vida crítica (Epicentro Aguilar), un portentoso libro que reúne las mejores críticas de Héctor Soto, don Héctor Soto, quizás la voz más respetada (y escuchada) hoy en los medios.

Fue cuando don Héctor editaba Enfoque, la célebre revista de cine, una revista hecha a puro pulmón, que lo conocí. O lo vi. O me lo presentaron. A don Héctor, estoy seguro, uno nunca lo termina de conocer. Y ése es, creo, uno de sus principales talentos. O dones. O al menos lo que explica que Héctor Soto no sólo sea el autor de un ramillete de crípticas frases (ya no es un lirio, mi mejor amigo nuevo, etc., oscarwildeanas sentencias que a todos nos habría fascinado inventar), sino también de una sorprendente personalidad que por décadas le ha permitido estar en los medios. Claro que siempre sobre los medios. Cosa envidiable. Vaya que sí.

Ustedes deben haberlo leído. Seguido. Odiado. Adorado. En el mundo de Soto (y esto, ojo, no sólo tiene que ver con el cine) las cosas son o son. No hay medias tintas. O le fascina una película, o simplemente la ignora. En la mirada de Soto siempre hay compasión. Nunca indulgencia. Él va, compra su entrada, se sienta. No come cabritas. Sí caramelos. Y si le carga lo que aparece ahí enfrente, dice qué horror. Si, por el contrario, le gusta, dice qué bueno. Punto. Qué bueno. Me encanta cuando don Héctor dice qué bueno. Luego Soto se sienta. Y, lo pase muy bien o muy mal, escribe a rabiar. Soto rabia, es verdad. Luego, ya sea que enaltezca o celebre, degüelle o destruya, uno siente que el mundo se ha comenzado a ordenar. Eso porque don Héctor nunca critica para destruir. Siempre para mirar, comprender, entender. No exagero si digo que, muchas de sus críticas, son incluso mejores que algunas de las películas que él mismo ha encontrado muy buenas. Es la crítica, finalmente, venciendo a la crítica. La mirada que enseña a ver. A perdonar.

Entiendo que el libro de Epicentro Aguilar, recientemente presentado, coincide con un récord: cuarenta años desde la primera crítica que publicara don Héctor. El volumen, por lo mismo, puede servir para revisar, en su particular mirada, la historia del cine. Y, mucho más útil, para ver (o volver a ver) aunque sea algo (una cosa es cierta: con don Héctor uno se siente ignorante) de todo lo que esta ahí y todavía no has visto. Una vida crítica, el libro de Soto, lo deberían vender en todos los Blockbusters de Chile, en todas las tiendas indie de Los Leones. En Una vida crítica no sólo se encuentra el registro bien analizado de todo aquello que los grandes directores hicieron, sino también de todo eso que habría sido mejor dejar pasar. Soto no es un hombre de estrenos. Ve todo. Pero le gusta poco. Filtra. "No me había dado cuenta de eso", dice uno tras haberlo leído. Entiendo que Soto estudió derecho. Se nota. Las películas, a ojos de él, son culpables o inocentes. A veces es fiscal. Las más de las veces, defensa. Y si Soto va al cine, es para ser testigo. Para gozar. Es lo que explica, creo, la molestia que siente con Ruiz. Y, aún más, con el miserable cine chileno de las últimas décadas. Para qué hablar de la taquilla. Los estrenos. Y el exceso de mantequilla en el popcorn.

Lo he escuchado en diarios, revistas, también en la radio: por Dios que es inteligente don Héctor. Lo dice la gente, sus colegas, sus amigos. No estoy de acuerdo. Es decir, sí. Soto es brillante. Lúcido. Chispeante. Demasiado entretenido. Pero no es eso lo que lo hace especial. Lo que lo hace diferente es, estoy seguro, su humor de palacio. Su cinismo de gerencia. Su capacidad (ya lo dije) de estar y no estar.

Soto es, en definitiva, el non plus ultra de lo que significa ser un editor. En sus dedos está el ABC de los libros y las películas, la gente, todo. Ahora Fuguet y Ramírez consiguieron compilar sus memorias de cine. Ojalá otros hagan otro tanto con sus escritos de política, de literatura. Se va a agradecer. Soto lee. Ve. Y mientras más vea y lea, uno más lo entiende a él. Pero, tanto mejor, uno más se entiende a sí mismo.

Monday, February 04, 2008


Writing is often like driving a truck at night without headlights, losing your way along the road, and spending a decade in a ditch.

puta, cierto, la pura y santa verdad...

It has been much simpler when I worked as a journalist. In those youthful days I was considered by an editor to write a certain story, was permitted a limited time in which to complete it, and, whether or not I was entirely pleased with the results, I was forced to surrender it before the deadline to the editor, who passed it on to the copyreader, after which it went to the printers and that was the end of it...

Gay Talese
A Writer´s Life