Saturday, June 30, 2007

CORTOS en bolsillo.... Punto de Lectura

con la aparición de CORTOS, en bolsillo, en Punto de Lectura, ya casi toda mi "obra" pasada ya en está en bolsillo: más barata, más liviana y dispuesta a luchar mano a mano contra los piratas. En bolsillo, con la reciente aparición de Primera parte (redux) solo queda por salir Tinta roja y, más adelante, Dos hermanos, mi libro/making off de En un lugar de la noche



Hojeando CORTOS me sorprende que ya tiene más de dos años y medio. Apareció en octubre del 2004, en su edición chilena.

ROAD STORY uno de los cuentos que conforman el libro saldrá durante este segundo semestre que ya partió como una novela gráfica adaptada por Gonzalo Martínez.

Aquí va una crítica de CORTOS aparecida en Peru el año pasado y una entrevista q di en Argentina

Ocho relatos cinematográficos de la mano de Alberto Fuguet
El escritor chileno presentó su último libro, Cortos en el que los personajes andan desencajados y perdidos.
"Me parece que reflejan a buena parte de la gente que anda circulando por la calle", opinó el autor.
por Mercedes Ezquiaga

El escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet llegó a la Argentina para presentar su último libro "Cortos", en el que desarrolla con una escritura muy cinematográfica ocho relatos interconectados por el azar, a través de personajes "perdidos" y "desenfocados"

"Me parece que los personajes reflejan a buena parte de la gente que anda circulando por la calle que está un poquito perdida, que es mi nueva palabra fetiche porque es muy moderna y tiene que ver con estar fuera de foco interna y externamente. Creo que los desencajados y desenfocados somos más de lo que la gente cree; al menos, yo no veo un ejército de personas yendo sin ninguna duda y con todo claro", soltó Fuguet en una entrevista con Télam.

Con una película ya filmada ("Se arrienda") y otra en camino (está por empezar el rodaje de "Perdido") Fuguet se volcó en esta última obra a dejar en evidencia su faceta cinéfila, a través de elementos típicos de los guiones cinematrográficos, como indicaciones del lugar y de los planos, letras subrayadas en negritas, diversas tipografías, fotos y separadores: una estética que se aleja por completo de las clásicas ediciones de novelas.

"El año sobre el cual les quiero contar lo llené asistiendo a un preuniversitario para niños ricos a la deriva. Yo no era rico pero intuía que estaba a la deriva", lanza el narrador en "Prueba de aptitud", el primero de los cortos, en el que la suerte de tres estudiantes se cruza trágicanete.

En "Santiago" un joven regresa a su Chile natal, luego de muchos años de ausencia, mientras que en "Hijos" se cuenta la historia de una pareja que no quiere tenerlos y que conoce a dos ancianos, mientras que en "Más estrellas que en el cielo" dos noveles cineastas son confundidos, en California, por choferes de "estrellas de cine".

"Se trata de fracturas personales. No es la historia de una caída de una nación o de alguien que sufre un accidente y queda paralítico: son los tropiezos del día a día. Yo la veo como una novela fragmentada, sobre un grupo de amigos que no lograron ser lo que querían ser, y eso es un fracaso colectivo personal, no tan tremendo, pero tampoco es menor", sostuvo.

Los personajes de los cortos de Fuguet ponen sobre la mesa diálogos plagados de dilemas muy actuales y generacionales, como que "la felicidad sólo puede ser perseguida por aquellos que son solteros o no tienen descendencia", que "los recuerdos están sobrevalorados", o que "lo perfecto ya pasó, ahora viene la era de lo feo pero con onda".

Según Fuguet, "Cortos" es "lado b" de su último libro, "Las películas de mi vida", dos obras que fueron concebidas juntas. "Para mí, es una especie de combo literario conematógrafico y tienen que ver con mi estado de ánimo cuando los escribí y con el hecho de que estoy cada vez más cerca del cine. ’Las películas de mi vida’ fue como un McDonald, muy pop, con mucho color y de larga duración, mientras que "Cortos" era mucho más breve, simple y en blanco y negro".

Editado por Alfaguara, la portada del libro es totalmente despojada de imágenes y de un nítido blanco, y fue diseñada por el propio Fuguet, al igual que la anterior. "Me gusta estar cada vez más involucrado en todo lo que hace al libro, no sólo los textos sino también el diseño y hasta la biografía del escritor".

El autor de "Mala Onda" y "Por favor, rebobinar" dijo que se ha sentido muy dañado por algunos biografías que se escribieron sobre él, acerca de que se crió en Estados Unidos y que su idioma natal es el inglés. "Eso es así, pero creo que es un dato menor, porque se utilizó de tal manera que tiñó toda mi carrera y mucha gente terminó diciendo que yo no soy chileno".

"Y eso que mis biografías han sido bastante normales, en comparación con algunos que cuentan: ’me gusta fumar desnudo escuchando jazz’ o ’tengo un gato que se llama Pipín’ y cuando leo eso lo único que puedo pensar es que no voy a leer a ese boludo", ironizó Fuguet.

Sus inicios en la escritura se relacionan con su llegada de California a Chile, entre otras cosas, porque escribir no tiene acento. "Incluso, mis primeros libros tienden a pecar de ser más chilenos de lo necesario, porque yo quería demostrarle al mundo que era parte de ellos", se justificó el escritor.

"Si siguiera viviendo en Estados Unidos, es difícil que me hubiera transformado en escritor: es probable que fuera un típico ’californian boy’, no sé si un surfista, pero a lo mejor trabajaría en un mall, administrando una tienda de zapatillas", bromeó



EL CORREO
Lima 12 de Agosto del 2006
Entre la literatura y el cine

:: Alberto Fuguet aterrizó en Lima para presentar filme Se arrienda y promocionar su libro Cortos

Los personajes de Alberto Fuguet, aquellos que aparecen en libros como el reciente Cortos (Alfaguara) y en su primer largometraje Se arrienda, buscan evadir la terrible condición de ser “extras” en sus propias vidas. El autor chileno presentó su ópera prima en el Décimo Encuentro Latinoamericano de Cine de Lima y además promocionó Cortos, su última entrega literaria.

Carlos M. Sotomayor

Correo: ¿En qué momento te das cuenta de que llegó la hora de filmar tu propia película?

Alberto Fuguet: Hubo un momento, creo que debe haber sido hace cinco o seis de años, que empecé a asustarme. Empecé a darme cuenta de que la cosa se iba a poner antipática en mi vida, que la iba a pasar mal si yo no filmaba, que la literatura ya no me bastaba. Creo que también ayudó un poco la adaptación de Tinta roja en la que yo no participé en nada por decisión mía. Fue algo como frustrante, algo muy ligado a mí que ni siquiera toqué. También tuvo que ver una pasada por Lima mientras filmaban Tinta roja. Pancho Lombardi me invitó al set y creo que ahí fue el momento en que dije: aquí tengo que empezar. Y recuerdo que le pedí consejos a Pancho.

C: ¿Encuentras vínculos entre los personajes de tus libros con el personaje de Se arrienda?

AF: Todos vienen de mí, todos tienen sangre mía. Siento que si dos personajes que sin conocerse se encontrasen en un tren podrían empezar a hablar y se harían amigos. Porque todos tienen cosas en común. Sí tengo la idea de que los personajes que hago son míos, en el verdadero sentido del término. Los quiero, conozco cómo huelen. Te voy a confesar algo, tenía tan claro cómo se vestía Gastón (personaje del filme Se arrienda) que todo lo que proponían yo lo rechazaba. Daniela me dijo entonces: es mejor que yo vaya a tu casa. Por eso mucha de la ropa de Gastón es mía.

C: En tus personajes hay una intención de no ser extras en sus propias vidas...

AF: Yo creo que todo el mundo, sea artista o no, quiere que su vida tenga sentido y sentirse más o menos protagónico. Es la idea de saber que tienes un rol. En Cortos y en Se arrienda uno de los temas que las atraviesan es tener un lugar en el mundo, saber de dónde eres y si eres útil. Pertenecer a algo. En general mis personajes tienen problemas para pertenecer, están un poco a la deriva, medio perdidos. Y creo que no sólo son mis personajes, ni sólo soy yo, aunque no soy tan perdido, pero algo tengo de eso. Me siento muy cercano a esa gente.

C: Cortos, como tu anterior libro, tiene una impronta cinematográfica...

AF: Para mí Cortos era de alguna manera una despedida de la literatura tradicional. Este libro lo publiqué en Santiago un mes antes de rodar (Se arrienda). Lo publiqué porque yo sentía que necesitaba sacar dos libros (con Las películas de mi vida) antes de lanzarme a filmar, antes de pasar al otro lado. Un libro bisagra.

C: ¿Una suerte de transición?

AF: Claro, una entrada al cine. Yo quería hacer un combo con Las películas de mi vida: largometraje a color, y con Cortos: cuentos cuestionados en el fondo como estructura, en blanco y negro.

C: ¿Cómo concebiste conceptualmente Cortos?

AF: Me di cuenta de que cada cuento debía tener una puesta en escena. Tenía que estar diseñado y escrito teniendo en cuenta que lo visual fuera muy importante. Traté que cada cuento fuera puesto en escena y la puesta en escena debía obedecer a la historia o al personaje principal. Los tres mejores ejemplos, para mí, son “El far west”, “La hora mágica” y ”Road story”.

C: ¿Elegirías entre el cine y la literatura?

AF: Si me obligan a elegir con una pistola, yo elijo el cine. Por suerte eso no ocurre y dudo que ocurra. Lo que sí creo que va a pasar es que la literatura va a encontrar su lugar junto con el cine y ambos se van a mezclar, posicionar y encontrar sus propios tiempos. Yo creo que voy a escribir libros distintos a los que escribía antes y creo que también voy a filmar distinto. Estoy preparando un libro actualmente que yo defino como una suerte de Cortos 2, pero de no ficción. Un libro como de retazos, de crónicas, de apuntes, de memoria y de opinión sobre cosas que me interesan y me gustan. Una especie de autobiografía grouppie. Y no tanto escribiendo sobre mí, sino sobre otros que me interesan a mí. Creo que puede salir a fin de año y se llamaría Viajar a solas. Como Piglia, pienso que todo libro o película es un viaje, un viaje que uno emprende a solas.

C: Tú has hecho crítica de cine en una época. ¿Cómo ha recibido la crítica tu película en Santiago y qué sensaciones has experimentado al pasarte al otro lado?

AF: Hay dos frases que usaste que me gustan: “Santiago” y “al otro lado”. Sí creo que uno pasa al otro lado, es como pasar a la dimensión desconocida. Creo que de verdad quien ha sido crítico de cine o de libros y luego ha filmado una película o escrito un libro, puede usar esa frase sabiendo realmente el término. Ahora, me preguntas qué opinó la crítica de Santiago, yo me di cuenta rápidamente, antes de hacerla, que yo no estaba haciendo una película sólo para Santiago. Me parece un error el estar preocupado sólo de lo que ocurre en tu villa y en tus cuatro cuadras. Yo creo que un crítico que pasa al otro lado tiene algo de traidor. Por lo tanto, hay parte de la cédula a la cual tú perteneciste que se siente un poco traicionada, lo reconozcan o no. Yo lo puedo decir con claridad y con firmeza. Por lo tanto, yo estrené preparado para que me pasara algo. Curiosamente fue más lo positivo que lo negativo.

Sunday, June 24, 2007

noche y dia / novela y ensayo



sigo pegado con la Didion....
cito:

"La novela y el ensayo son como el día y la noche, mejor dicho, como la noche y el día. Escribir una novela es como adentrarse en una noche muy larga y oscura. El ensayo es luminoso, su escritura tiene lugar a pleno sol. No quiero decir con esto que el ensayo sea un género fácil, no lo es ni mucho menos, sólo que escribir ensayo es una actividad racional, mientras que escribir una novela es muy parecido a soñar. En estos momentos no me siento inclinada a entrar en ese largo sueño, pero no descarto hacerlo más adelante".

Grande, Joan.
Una novela es como adentrarse a la noche, un ensayo se escribe bajo el sol radiante.
¿A qué hora se escribe un guión entonces?
¿Se escribe de noche y se filma de día?

Sobre la estructura del libro, la misma Didion cuenta:

"Tuve muchas dificultades para encontrar una estructura adecuada. De hecho no me resultó posible empezar el libro hasta que comprendí que tenía que reproducir con toda fidelidad la manera en que viví la experiencia de la muerte de John. Revivía de manera incesante los momentos más dolorosos, el impacto de la muerte, pero cada vez que volvía a los hechos mi visión de los mismos cambiaba levemente, y eso es lo que hice al escribir el libro, volver una y otra vez sobre lo mismo, con variaciones. La estructura de El año del pensamiento mágico es obsesiva, porque la experiencia del dolor y la pérdida fue obsesiva. En el libro regreso incesantemente a los acontecimientos clave, intentando ver alguna salida diferente, como si las cosas hubieran podido discurrir por otro cauce. Todo giraba en torno a mi obsesión, y en el libro también hago que todo vuelva sobre sí mismo de manera obsesiva".

Obsesivo, sí.

Tuesday, June 19, 2007

adicto a los moleskine


circulando por Barcelona
y en muchos sitios, las mejores librerias, me topo con Moleskines



si siempre se habla del trauma de la pagina o la pantalla en blanco, en mi, al menos, me está pasando,
que solo quiero tener mas y más Moleskines, de todos los tamaño y colores, uno para cada proyecto



es quizas un vicio, son mas caros que la libreta típica
pero una de las cosas que me gustan es anotar ideas, frases, copiar parrafos de algo que he leido,
dibujar un plano...

tengo muchas, una por cada proyecto disinto, apuntes mas apuntes, autistas y de los otros...

nada-- eso
Perdido sera, ahora que lo pienso, una pelicula que se penso y que ojala se filme con Moleskine
ojala que Agustin B anda con una de estas en la peli



entro al sitio de los fabricantes de estas libretitas y me encuentro con un monton de citas
de otros adictos, de escritores que compraban estas libretas cdo solo se vendian en Italia y habia que encargarlas...

'My sketch-book shows that
I try to catch things in the act.'
Vincent Van Gogh

'I never travel without my notebook.
One should always have something
sensational to read in the train.'
Oscar Wilde

'To lose a passport was the least
of one's worries. To lose a
notebook was a catastrophe.'
Bruce Chatwin

Sunday, June 17, 2007

la vida cambia en un instante...



escribi esto para SABADO de EL M de hoy
me lo pidieron, mire mi libro subrayado, y quise volver a leerlo...

aqui va


La vida cambia en un instante

El escritor y cineasta chileno explica por qué se volvió un fan acérrimo de Joan Didion, la autora del libro El año del pensamiento mágico.

Por ALBERTO FUGUET

A la rápida, esto es lo que pasó.

Una escritora de culto llamada Joan Didion está cenando con su marido de 39 años, John Gregory Dunne.

Se muere.

Ella, que no sabe hacer otra cosa que escribir, escribe. Escribe sobre ese año en que no quería aceptar que estaba muerto.

Resultado: Uno de los libros de la década, en cualquier idioma. Uno de esos libros que rompen represas y dejan que algo nuevo, algo distinto, deje salpicados de inspiración a todos aquellos que lo leen.

El libro, además, vende. Mucho. Es premiado, es adaptado al teatro, hace renacer a una autora famosa por lo poco famosa que era.

Uno lee el libro –El año del pensamiento mágico– y te dan ganas de leer todo lo que ha escrito esta mujer tan arrugada como delgada, tímida en persona pero intensa y hasta impúdica por escrito. Lo otro: uno se vuelve un fan acérrimo, un coleccionista de todos sus libros (y, de paso, claro, de su marido) y trata que tus amigos la lean, sobre todo si uno tiene amigo y amigas periodistas.

Joan Didion es un vicio adquirido.

Joan Didion siempre ha literarizado su periodismo y llenado de actualidad y crónica sus delgadas novelas. Su afilada y desgrasada prosa siempre había estado obsesionada con "el estado de las cosas" de su generación: la generación hippie, el cine como el arte del momento, las revoluciones centroamericanas. Hoy, con siglo nuevo, no es raro que Joan Didion, al mirarse a sí misma, a su luto, termine por captar acaso el gran tema literario del momento.

La vejez.
La decrepitud.
La muerte.
La soledad.
El después.

Vivir para contar.

Quizás así debió llamarse este estremecedor libro-crónica-memoria sobre "el año de luto".

Parte así.

La vida cambia rápido.
La vida cambia en un instante.
Te sientas a cenar, y la vida que conoces se acaba.


Podría, en rigor, terminar ahí.
¿Cómo se sigue con ese comienzo?

Se sigue así:

Estas fueron las primeras palabras que escribí después de que sucediera. La fecha en el archivo "Notas sobre el cambio.doc", de Microsoft Word, es "20 de mayo, 2004, 11:11 p.m.", pero tal vez abriera el archivo y al cerrarlo pulsara distraídamente "salvar". En mayo no hice cambios en el archivo. No hice cambios en ese archivo desde que escribí esas palabras en enero del 2004, dos o tres días después del suceso.

Durante mucho tiempo no escribí nada más.

La vida cambia en un instante.

Un instante normal.

El año del pensamiento mágico, disponible en Chile por la nueva editorial española Global Rythm, es la novela que –por suerte- no resultó, es la autora hablando con la autora sobre un libro que tiene que escribir, es la periodista nata que, ante un evento catastrófico, no se lo ocurre otra cosa –no puede hacer otra cosa– que anotar. Que escribir.


Pocas parejas han escrito mejor sus vidas. Más que un matrimonio, los Dunne-Didion no eran un escritor y su mujer excéntrica, sino dos importante escritores; ahora, sola, la Didion se alza, aumenta y crece, y en la hora 25 de su vida, no sólo se gana el National Book Award y vende cien o mil veces más que todo lo que había vendido antes, sino que se convierte en –quizás– la gran escritora americana contemporánea.

Tanto que, después de ese año, de ese año mágico y desgarrador, el importante Everymans Library reunió sus libros de ensayos y artículos bajo el emocionante título de We Tell Ourselves Stories in Order to Live.

Cierto. Nos contamos historias para sobrevivir. Y eso es, nada más, nada menos, El año del pensamiento mágico.

Wednesday, June 13, 2007

Primera parte--en bolsillo y unplugged



PRIMERA PARTE se achica y baja de precio.
en bolsillo, via Punto de Lectura
Por fin

sin Alekán, pura fibra, nada de grasa.
esta es la nota aclaratoria q saldra al principio de la nva edicion:

Existe una suerte de nueva tradición de intentar “mejorar” o “completar” una edición de bolsillo, sobre todo de un libro compilatorio como éste, agregándole algunos bonus tracks. No es el caso de PP, versión 2.0. del año 2007. Al revés: aparece más corto. En rigor, este libro que tienen en sus manos consiste en la primera parte de Primera Parte. Es decir, la parte periodística. Está tal cual como salió el año 2000, todos los artículos que seleccioné. La única diferencia es que ahora cuenta con un índice.

La segunda parte de PP no está. Voló. La parte de la “literatura instátanea”. Es decir, la columna llamada Capitalinos (del año 89-90) narrada-protagonizada por un tal Enrique Alekán que apareció en el Wikén de El Mercurio. ¿Por qué Alekán se fue para la casa? No lo sé. Quizás porque no quería que este 2.0 fuera tan gordo, ni que costara mucho. Quizás nunca quise que Alekán volviera a la luz pública. De hecho, el libro La agitada y sobreexpuesta vida de Enrique Alekán (del año 90) no se ha reeditado. Los que desean leer a Alekán (espero que no muchos…) lo encontrarán en las bibliotecas, en la segunda parte de PP versión tapa “dura” (Aguilar, 2000) y en el librillo que recién cité.

Respecto a Segunda parte… no sé si habrá una segunda parte a este libro. Primera parte no se llamó así para fundar una saga sino para definir y cerrar una etapa. Esa etapa, creo, se cerró más de lo que pensaba. Sigo haciendo periodismo pero cada vez es más personal, se parece más a las crónicas o los ensayos personales. De hecho, lo más parecido a PP es Apuntes autistas, un libro que considero más lejano que cercano a éste.

Sunday, June 10, 2007

otra puta noche



lei este libro en ingles... ahora salio x Anagrama (give credit where credit is due); me impresionó bastante; ahora esta en castellano, caro, pero en castellano...

retazos de lo bloqueado hace mas de un año y medio....

esta es la contratapa:

Nick Flynn conoció a su padre cuando ya tenía veintisiete años y trabajaba en un albergue para indigentes en Boston. Jonathan Flynn, un aspirante a escritor, se había marchado de casa cuando su hijo tenía seis meses. Nick ya era un adolescente cuando recibió algunas cartas desde la cárcel, donde su padre decía que la experiencia le serviría para ser el Dostoievski de su generación. Nick comienza su propio viaje por la literatura, el alcohol y las drogas. Su madre se suicida. Nick conoce a Emily, se muda a Boston. Y es allí cuando se produce el encuentro. El padre acaba una noche en el albergue donde trabaja el hijo. Pero Nick no construirá una relación que nunca existió. No se lleva a su padre a su precaria casa, aunque sepa que duerme en las calles. Nick quiere saber quién es su padre pero a una prudente distancia. Está al borde del precipicio y, si se acerca, caerán juntos. Nick quiere salvarse y escribir sus propios libros.

y esto es lo que dije, en su momento, en el blog de PERDIDO

Perderse es no reconocerse...
...y que no te reconozcan...
y que ya no les importes....

termine ANOTHER BULLSHIT NIGHT.... fuck!



"I´m reading Duras and Bowles and Beckett--dark, absurd, strangely comforting I´ve been working in the shelter for a couple years, I want to see how close to the edge I can come without falling...

...By the time I make my way to the border of Mauritania, to the edge of the Sahara, I see no end to being lost. You can spend your entire life simply falling in that direction. It isn´t a station you reach but just the general state of going down. Once you make it back, if you make it back, you will stand before your long-lost friends but in some essential way they will no longer know you..."

"... and all I can hear is that we must heal our relationships with our fathers. This is not what I came for, not what I want to hear. Is he saying that my mind created my father? Is he saying my mind will repair him?"



del libro-memoria de no-ficcion
de nick flynn
un tipo medio perdido q para redimirse ingresa a trabajar
a un hospicio, tipo hogar de cristo, donde llega la escoria,
los tipos q no tiene nada, ni esperanzas, los q se quedaron tan
adentro de si q se pierdieron, se quedaron solo, la gente se olvido
de ellos
uno de los tipos q llega, uno de los vagos, es su padre
el padre q lo abandono antes de nacer

"All my life my father had been manifest as an abscence, a nonpresence, a name without a body. The three of us sat around the table, my mother, my brother and I, all carrying his name. Flynn?

Some part of me knew he would show up, that if I stood in one place long enough he would find me, like you´re taught to do when you are lost. But they never taught us what to do if both of you are lost, and you both end up in the same place, waiting"

Sunday, June 03, 2007

nuevos invitados a nueva fiesta

columna de hoy....


Domingo 3 de junio de 2007

LA COLUMNA DE ....
Rev de Libros de El Mercurio


ESCRITORES NO-ESCRITORES
(nuevos invitados, nueva fiesta)

por Alberto Fuguet

Respuestas que un escritor debería tener preparadas y grabadas con ácido en el fondo de su corteza cerebral: ¿cuál es mi libro favorito?, ¿cuál es mi autor de cabecera?, ¿qué estoy leyendo ahora?

No sé, no sé, no sé.

O no me acuerdo.

Se me olvidó.

Quizás, en rigor, es mejor no tener una respuesta preparada e improvisar o tratar de googlear mentalmente tu disco duro. Porque una de las cosas que suceden cuando entra en la lógica "literaria" es, primero, tratar de quedar bien. Lo segundo es que el verdadero error/malentendido es que uno cree -de buena fe- que te están preguntando por un escritor. Un escritor literario. Un autor de ficciones. Y ojalá conocido (se sabe: un debutante para debutar debe ser famoso primero o venir con un extra; ojala sea ABC1 además). Sin duda, uno tiene decenas de héroes literarios, pero es tal el poder mítico del autor-autor, del autor que articula mundos nuevos, que se olvida que hay otra gente, tanto o más talentosa, tanto o más selecta, generosa, honesta y certera, que nunca ha intentado crear ficción porque la verdad es que no son capaces. No tienen inventiva, lo que no implica que sean tontos. Al revés. Son capaces de mirar, de resumir, de observar. Muchas veces -además- escriben como los dioses.

Me concentraré en ciertos autores "no consignados". Que no ganan premios literarios. Al menos en Hispanoamérica. ¿Un biógrafo o un historiador no podría ser portada de este mismo suplemento? Las biografías de Cobain, Richter, Einstein o Leni Riefenstahl son mejores que muchas novelas que han sido infladas por la maquinaria cultural. ¿Acaso un libro que no cuenta una historia no es un libro? Y si esa historia ya existe, ¿eso es un crimen? ¿Y su autor no es un autor acaso? ¿Por qué Memorias de una golosa, el debut culinario-literario de Pilar Hurtado, por ejemplo, fue ninguneado, lanzado al canasto de las revistas femeninas? ¿Por qué no se críticó -bien o mal- como un libro y no como el libro de recetas que claramente no es?



Me preguntan si leo a chilenos. Respondo, poco. El último de Zambra. Me gustó. Mucho. ¿Pero por qué no digo -dije- Carlos Peña? ¿Se puede escribir mejor que él? Espero que no caiga en la trampa y escriba una novela. Para qué. ¿Quizás un testimonio sobre la UDP por dentro? Lo leería feliz. ¿Sebastián Edwards tuvo que escribir una novela? ¿No hubiera sido mejor unas memorias de un trasplantado? ¿Una mirada sobre los errores económicos de América Latina? El Desalojo de Allamand ha dado que hablar por su título, pero nadie lo ha criticado como libro. Porque es un libro, esté uno de acuerdo o no. ¿Escribe el senador tan bien como titula? Además, Allamand ya escribió una novela. Discreta, pero la escribió. ¿Por qué entonces es relegado a los suplementos dominicales de actualidad? ¿No es eso ningunearlo?



OK, respondo. ¿Algunos de mis autores favoritos? El sociólogo Robert D. Kaplan y sus viajes por el lado oscuro de la globalización. Neal Gabler y su obsesión por cómo el cine y Disney han modificado nuestras vidas. El rasta Malcolm Gladwell y su aproximación rockera a fenómenos económicos-sociales. Soy adicto a Pico Iyer y sus viajes y al arquitecto Witold Rybczynski, que analiza la sociedad y los siglos a través de libros sobre lo que significa tener una casa, qué es una ciudad. Michael Zielenziger intentó deconstruir la plaga social de los hikomori en Japón y, en el camino, terminó con un libro que podría inspirar a Murakami o conquistar a muchos de sus lectores.



Kay R. Jamison es una doctora medio bipolar y lleva varios libros fascinantes sobre la verdadera vida interior. Una mente inquieta salió por Tusquets y aun así no ha sido tratada como se merece. James Frey remeció a algunos lectores aquí y tuvo una que otra crítica, pero en España En mil pedazos se entendió como un libro de autoayuda o médico y tuvo cero eco en la prensa, en las librerías y, más triste aún, en los lectores.

¿Que cuál es mi autor favorito del momento? ¿A quién estoy leyendo? Se llama Chris Anderson y es mi mejor amigo nuevo. Le creo. Se la compro. Es un economista (creo), pero su libro The Long Tail: por qué el futuro de los negocios es vender menos de más me tiene totalmente atrapado.



Es sobre la cultura y las tendencias, sobre la estupidez humana y la miopía de los que toman decisiones (oh, Canal 13), es pop, es serio, es divertido, da ejemplos que dan para cuentos y -de paso- creo que su teoría económica es certera: gracias a internet, la suma de los nichos minoritarios está superando en venta -y en influencia- lo que supuestamente quiere la mayoría. En dos palabras: cómo estamos pasando de una cultura de la uniformidad a una de la diversidad. Parece ciencia ficción, pero no lo es. Anderson, sin embargo, no es considerado un autor y su libro es "relegado" a las páginas económicas. Genial que lo lean los de su tribu, pero la labor de la literatura, y del mundo literario y cultural, es llegar a otros. Es abrir puertas; no cerrarlas. No es hacer siempre la misma fiesta e invitar a los sospechosos de siempre.