CORTOS en bolsillo.... Punto de Lectura
con la aparición de CORTOS, en bolsillo, en Punto de Lectura, ya casi toda mi "obra" pasada ya en está en bolsillo: más barata, más liviana y dispuesta a luchar mano a mano contra los piratas. En bolsillo, con la reciente aparición de Primera parte (redux) solo queda por salir Tinta roja y, más adelante, Dos hermanos, mi libro/making off de En un lugar de la noche
Hojeando CORTOS me sorprende que ya tiene más de dos años y medio. Apareció en octubre del 2004, en su edición chilena.
ROAD STORY uno de los cuentos que conforman el libro saldrá durante este segundo semestre que ya partió como una novela gráfica adaptada por Gonzalo Martínez.
Aquí va una crítica de CORTOS aparecida en Peru el año pasado y una entrevista q di en Argentina
Ocho relatos cinematográficos de la mano de Alberto Fuguet
El escritor chileno presentó su último libro, Cortos en el que los personajes andan desencajados y perdidos.
"Me parece que reflejan a buena parte de la gente que anda circulando por la calle", opinó el autor.
por Mercedes Ezquiaga
El escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet llegó a la Argentina para presentar su último libro "Cortos", en el que desarrolla con una escritura muy cinematográfica ocho relatos interconectados por el azar, a través de personajes "perdidos" y "desenfocados"
"Me parece que los personajes reflejan a buena parte de la gente que anda circulando por la calle que está un poquito perdida, que es mi nueva palabra fetiche porque es muy moderna y tiene que ver con estar fuera de foco interna y externamente. Creo que los desencajados y desenfocados somos más de lo que la gente cree; al menos, yo no veo un ejército de personas yendo sin ninguna duda y con todo claro", soltó Fuguet en una entrevista con Télam.
Con una película ya filmada ("Se arrienda") y otra en camino (está por empezar el rodaje de "Perdido") Fuguet se volcó en esta última obra a dejar en evidencia su faceta cinéfila, a través de elementos típicos de los guiones cinematrográficos, como indicaciones del lugar y de los planos, letras subrayadas en negritas, diversas tipografías, fotos y separadores: una estética que se aleja por completo de las clásicas ediciones de novelas.
"El año sobre el cual les quiero contar lo llené asistiendo a un preuniversitario para niños ricos a la deriva. Yo no era rico pero intuía que estaba a la deriva", lanza el narrador en "Prueba de aptitud", el primero de los cortos, en el que la suerte de tres estudiantes se cruza trágicanete.
En "Santiago" un joven regresa a su Chile natal, luego de muchos años de ausencia, mientras que en "Hijos" se cuenta la historia de una pareja que no quiere tenerlos y que conoce a dos ancianos, mientras que en "Más estrellas que en el cielo" dos noveles cineastas son confundidos, en California, por choferes de "estrellas de cine".
"Se trata de fracturas personales. No es la historia de una caída de una nación o de alguien que sufre un accidente y queda paralítico: son los tropiezos del día a día. Yo la veo como una novela fragmentada, sobre un grupo de amigos que no lograron ser lo que querían ser, y eso es un fracaso colectivo personal, no tan tremendo, pero tampoco es menor", sostuvo.
Los personajes de los cortos de Fuguet ponen sobre la mesa diálogos plagados de dilemas muy actuales y generacionales, como que "la felicidad sólo puede ser perseguida por aquellos que son solteros o no tienen descendencia", que "los recuerdos están sobrevalorados", o que "lo perfecto ya pasó, ahora viene la era de lo feo pero con onda".
Según Fuguet, "Cortos" es "lado b" de su último libro, "Las películas de mi vida", dos obras que fueron concebidas juntas. "Para mí, es una especie de combo literario conematógrafico y tienen que ver con mi estado de ánimo cuando los escribí y con el hecho de que estoy cada vez más cerca del cine. ’Las películas de mi vida’ fue como un McDonald, muy pop, con mucho color y de larga duración, mientras que "Cortos" era mucho más breve, simple y en blanco y negro".
Editado por Alfaguara, la portada del libro es totalmente despojada de imágenes y de un nítido blanco, y fue diseñada por el propio Fuguet, al igual que la anterior. "Me gusta estar cada vez más involucrado en todo lo que hace al libro, no sólo los textos sino también el diseño y hasta la biografía del escritor".
El autor de "Mala Onda" y "Por favor, rebobinar" dijo que se ha sentido muy dañado por algunos biografías que se escribieron sobre él, acerca de que se crió en Estados Unidos y que su idioma natal es el inglés. "Eso es así, pero creo que es un dato menor, porque se utilizó de tal manera que tiñó toda mi carrera y mucha gente terminó diciendo que yo no soy chileno".
"Y eso que mis biografías han sido bastante normales, en comparación con algunos que cuentan: ’me gusta fumar desnudo escuchando jazz’ o ’tengo un gato que se llama Pipín’ y cuando leo eso lo único que puedo pensar es que no voy a leer a ese boludo", ironizó Fuguet.
Sus inicios en la escritura se relacionan con su llegada de California a Chile, entre otras cosas, porque escribir no tiene acento. "Incluso, mis primeros libros tienden a pecar de ser más chilenos de lo necesario, porque yo quería demostrarle al mundo que era parte de ellos", se justificó el escritor.
"Si siguiera viviendo en Estados Unidos, es difícil que me hubiera transformado en escritor: es probable que fuera un típico ’californian boy’, no sé si un surfista, pero a lo mejor trabajaría en un mall, administrando una tienda de zapatillas", bromeó
EL CORREO
Lima 12 de Agosto del 2006
Entre la literatura y el cine
:: Alberto Fuguet aterrizó en Lima para presentar filme Se arrienda y promocionar su libro Cortos
Los personajes de Alberto Fuguet, aquellos que aparecen en libros como el reciente Cortos (Alfaguara) y en su primer largometraje Se arrienda, buscan evadir la terrible condición de ser “extras” en sus propias vidas. El autor chileno presentó su ópera prima en el Décimo Encuentro Latinoamericano de Cine de Lima y además promocionó Cortos, su última entrega literaria.
Carlos M. Sotomayor
Correo: ¿En qué momento te das cuenta de que llegó la hora de filmar tu propia película?
Alberto Fuguet: Hubo un momento, creo que debe haber sido hace cinco o seis de años, que empecé a asustarme. Empecé a darme cuenta de que la cosa se iba a poner antipática en mi vida, que la iba a pasar mal si yo no filmaba, que la literatura ya no me bastaba. Creo que también ayudó un poco la adaptación de Tinta roja en la que yo no participé en nada por decisión mía. Fue algo como frustrante, algo muy ligado a mí que ni siquiera toqué. También tuvo que ver una pasada por Lima mientras filmaban Tinta roja. Pancho Lombardi me invitó al set y creo que ahí fue el momento en que dije: aquí tengo que empezar. Y recuerdo que le pedí consejos a Pancho.
C: ¿Encuentras vínculos entre los personajes de tus libros con el personaje de Se arrienda?
AF: Todos vienen de mí, todos tienen sangre mía. Siento que si dos personajes que sin conocerse se encontrasen en un tren podrían empezar a hablar y se harían amigos. Porque todos tienen cosas en común. Sí tengo la idea de que los personajes que hago son míos, en el verdadero sentido del término. Los quiero, conozco cómo huelen. Te voy a confesar algo, tenía tan claro cómo se vestía Gastón (personaje del filme Se arrienda) que todo lo que proponían yo lo rechazaba. Daniela me dijo entonces: es mejor que yo vaya a tu casa. Por eso mucha de la ropa de Gastón es mía.
C: En tus personajes hay una intención de no ser extras en sus propias vidas...
AF: Yo creo que todo el mundo, sea artista o no, quiere que su vida tenga sentido y sentirse más o menos protagónico. Es la idea de saber que tienes un rol. En Cortos y en Se arrienda uno de los temas que las atraviesan es tener un lugar en el mundo, saber de dónde eres y si eres útil. Pertenecer a algo. En general mis personajes tienen problemas para pertenecer, están un poco a la deriva, medio perdidos. Y creo que no sólo son mis personajes, ni sólo soy yo, aunque no soy tan perdido, pero algo tengo de eso. Me siento muy cercano a esa gente.
C: Cortos, como tu anterior libro, tiene una impronta cinematográfica...
AF: Para mí Cortos era de alguna manera una despedida de la literatura tradicional. Este libro lo publiqué en Santiago un mes antes de rodar (Se arrienda). Lo publiqué porque yo sentía que necesitaba sacar dos libros (con Las películas de mi vida) antes de lanzarme a filmar, antes de pasar al otro lado. Un libro bisagra.
C: ¿Una suerte de transición?
AF: Claro, una entrada al cine. Yo quería hacer un combo con Las películas de mi vida: largometraje a color, y con Cortos: cuentos cuestionados en el fondo como estructura, en blanco y negro.
C: ¿Cómo concebiste conceptualmente Cortos?
AF: Me di cuenta de que cada cuento debía tener una puesta en escena. Tenía que estar diseñado y escrito teniendo en cuenta que lo visual fuera muy importante. Traté que cada cuento fuera puesto en escena y la puesta en escena debía obedecer a la historia o al personaje principal. Los tres mejores ejemplos, para mí, son “El far west”, “La hora mágica” y ”Road story”.
C: ¿Elegirías entre el cine y la literatura?
AF: Si me obligan a elegir con una pistola, yo elijo el cine. Por suerte eso no ocurre y dudo que ocurra. Lo que sí creo que va a pasar es que la literatura va a encontrar su lugar junto con el cine y ambos se van a mezclar, posicionar y encontrar sus propios tiempos. Yo creo que voy a escribir libros distintos a los que escribía antes y creo que también voy a filmar distinto. Estoy preparando un libro actualmente que yo defino como una suerte de Cortos 2, pero de no ficción. Un libro como de retazos, de crónicas, de apuntes, de memoria y de opinión sobre cosas que me interesan y me gustan. Una especie de autobiografía grouppie. Y no tanto escribiendo sobre mí, sino sobre otros que me interesan a mí. Creo que puede salir a fin de año y se llamaría Viajar a solas. Como Piglia, pienso que todo libro o película es un viaje, un viaje que uno emprende a solas.
C: Tú has hecho crítica de cine en una época. ¿Cómo ha recibido la crítica tu película en Santiago y qué sensaciones has experimentado al pasarte al otro lado?
AF: Hay dos frases que usaste que me gustan: “Santiago” y “al otro lado”. Sí creo que uno pasa al otro lado, es como pasar a la dimensión desconocida. Creo que de verdad quien ha sido crítico de cine o de libros y luego ha filmado una película o escrito un libro, puede usar esa frase sabiendo realmente el término. Ahora, me preguntas qué opinó la crítica de Santiago, yo me di cuenta rápidamente, antes de hacerla, que yo no estaba haciendo una película sólo para Santiago. Me parece un error el estar preocupado sólo de lo que ocurre en tu villa y en tus cuatro cuadras. Yo creo que un crítico que pasa al otro lado tiene algo de traidor. Por lo tanto, hay parte de la cédula a la cual tú perteneciste que se siente un poco traicionada, lo reconozcan o no. Yo lo puedo decir con claridad y con firmeza. Por lo tanto, yo estrené preparado para que me pasara algo. Curiosamente fue más lo positivo que lo negativo.
Hojeando CORTOS me sorprende que ya tiene más de dos años y medio. Apareció en octubre del 2004, en su edición chilena.
ROAD STORY uno de los cuentos que conforman el libro saldrá durante este segundo semestre que ya partió como una novela gráfica adaptada por Gonzalo Martínez.
Aquí va una crítica de CORTOS aparecida en Peru el año pasado y una entrevista q di en Argentina
Ocho relatos cinematográficos de la mano de Alberto Fuguet
El escritor chileno presentó su último libro, Cortos en el que los personajes andan desencajados y perdidos.
"Me parece que reflejan a buena parte de la gente que anda circulando por la calle", opinó el autor.
por Mercedes Ezquiaga
El escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet llegó a la Argentina para presentar su último libro "Cortos", en el que desarrolla con una escritura muy cinematográfica ocho relatos interconectados por el azar, a través de personajes "perdidos" y "desenfocados"
"Me parece que los personajes reflejan a buena parte de la gente que anda circulando por la calle que está un poquito perdida, que es mi nueva palabra fetiche porque es muy moderna y tiene que ver con estar fuera de foco interna y externamente. Creo que los desencajados y desenfocados somos más de lo que la gente cree; al menos, yo no veo un ejército de personas yendo sin ninguna duda y con todo claro", soltó Fuguet en una entrevista con Télam.
Con una película ya filmada ("Se arrienda") y otra en camino (está por empezar el rodaje de "Perdido") Fuguet se volcó en esta última obra a dejar en evidencia su faceta cinéfila, a través de elementos típicos de los guiones cinematrográficos, como indicaciones del lugar y de los planos, letras subrayadas en negritas, diversas tipografías, fotos y separadores: una estética que se aleja por completo de las clásicas ediciones de novelas.
"El año sobre el cual les quiero contar lo llené asistiendo a un preuniversitario para niños ricos a la deriva. Yo no era rico pero intuía que estaba a la deriva", lanza el narrador en "Prueba de aptitud", el primero de los cortos, en el que la suerte de tres estudiantes se cruza trágicanete.
En "Santiago" un joven regresa a su Chile natal, luego de muchos años de ausencia, mientras que en "Hijos" se cuenta la historia de una pareja que no quiere tenerlos y que conoce a dos ancianos, mientras que en "Más estrellas que en el cielo" dos noveles cineastas son confundidos, en California, por choferes de "estrellas de cine".
"Se trata de fracturas personales. No es la historia de una caída de una nación o de alguien que sufre un accidente y queda paralítico: son los tropiezos del día a día. Yo la veo como una novela fragmentada, sobre un grupo de amigos que no lograron ser lo que querían ser, y eso es un fracaso colectivo personal, no tan tremendo, pero tampoco es menor", sostuvo.
Los personajes de los cortos de Fuguet ponen sobre la mesa diálogos plagados de dilemas muy actuales y generacionales, como que "la felicidad sólo puede ser perseguida por aquellos que son solteros o no tienen descendencia", que "los recuerdos están sobrevalorados", o que "lo perfecto ya pasó, ahora viene la era de lo feo pero con onda".
Según Fuguet, "Cortos" es "lado b" de su último libro, "Las películas de mi vida", dos obras que fueron concebidas juntas. "Para mí, es una especie de combo literario conematógrafico y tienen que ver con mi estado de ánimo cuando los escribí y con el hecho de que estoy cada vez más cerca del cine. ’Las películas de mi vida’ fue como un McDonald, muy pop, con mucho color y de larga duración, mientras que "Cortos" era mucho más breve, simple y en blanco y negro".
Editado por Alfaguara, la portada del libro es totalmente despojada de imágenes y de un nítido blanco, y fue diseñada por el propio Fuguet, al igual que la anterior. "Me gusta estar cada vez más involucrado en todo lo que hace al libro, no sólo los textos sino también el diseño y hasta la biografía del escritor".
El autor de "Mala Onda" y "Por favor, rebobinar" dijo que se ha sentido muy dañado por algunos biografías que se escribieron sobre él, acerca de que se crió en Estados Unidos y que su idioma natal es el inglés. "Eso es así, pero creo que es un dato menor, porque se utilizó de tal manera que tiñó toda mi carrera y mucha gente terminó diciendo que yo no soy chileno".
"Y eso que mis biografías han sido bastante normales, en comparación con algunos que cuentan: ’me gusta fumar desnudo escuchando jazz’ o ’tengo un gato que se llama Pipín’ y cuando leo eso lo único que puedo pensar es que no voy a leer a ese boludo", ironizó Fuguet.
Sus inicios en la escritura se relacionan con su llegada de California a Chile, entre otras cosas, porque escribir no tiene acento. "Incluso, mis primeros libros tienden a pecar de ser más chilenos de lo necesario, porque yo quería demostrarle al mundo que era parte de ellos", se justificó el escritor.
"Si siguiera viviendo en Estados Unidos, es difícil que me hubiera transformado en escritor: es probable que fuera un típico ’californian boy’, no sé si un surfista, pero a lo mejor trabajaría en un mall, administrando una tienda de zapatillas", bromeó
EL CORREO
Lima 12 de Agosto del 2006
Entre la literatura y el cine
:: Alberto Fuguet aterrizó en Lima para presentar filme Se arrienda y promocionar su libro Cortos
Los personajes de Alberto Fuguet, aquellos que aparecen en libros como el reciente Cortos (Alfaguara) y en su primer largometraje Se arrienda, buscan evadir la terrible condición de ser “extras” en sus propias vidas. El autor chileno presentó su ópera prima en el Décimo Encuentro Latinoamericano de Cine de Lima y además promocionó Cortos, su última entrega literaria.
Carlos M. Sotomayor
Correo: ¿En qué momento te das cuenta de que llegó la hora de filmar tu propia película?
Alberto Fuguet: Hubo un momento, creo que debe haber sido hace cinco o seis de años, que empecé a asustarme. Empecé a darme cuenta de que la cosa se iba a poner antipática en mi vida, que la iba a pasar mal si yo no filmaba, que la literatura ya no me bastaba. Creo que también ayudó un poco la adaptación de Tinta roja en la que yo no participé en nada por decisión mía. Fue algo como frustrante, algo muy ligado a mí que ni siquiera toqué. También tuvo que ver una pasada por Lima mientras filmaban Tinta roja. Pancho Lombardi me invitó al set y creo que ahí fue el momento en que dije: aquí tengo que empezar. Y recuerdo que le pedí consejos a Pancho.
C: ¿Encuentras vínculos entre los personajes de tus libros con el personaje de Se arrienda?
AF: Todos vienen de mí, todos tienen sangre mía. Siento que si dos personajes que sin conocerse se encontrasen en un tren podrían empezar a hablar y se harían amigos. Porque todos tienen cosas en común. Sí tengo la idea de que los personajes que hago son míos, en el verdadero sentido del término. Los quiero, conozco cómo huelen. Te voy a confesar algo, tenía tan claro cómo se vestía Gastón (personaje del filme Se arrienda) que todo lo que proponían yo lo rechazaba. Daniela me dijo entonces: es mejor que yo vaya a tu casa. Por eso mucha de la ropa de Gastón es mía.
C: En tus personajes hay una intención de no ser extras en sus propias vidas...
AF: Yo creo que todo el mundo, sea artista o no, quiere que su vida tenga sentido y sentirse más o menos protagónico. Es la idea de saber que tienes un rol. En Cortos y en Se arrienda uno de los temas que las atraviesan es tener un lugar en el mundo, saber de dónde eres y si eres útil. Pertenecer a algo. En general mis personajes tienen problemas para pertenecer, están un poco a la deriva, medio perdidos. Y creo que no sólo son mis personajes, ni sólo soy yo, aunque no soy tan perdido, pero algo tengo de eso. Me siento muy cercano a esa gente.
C: Cortos, como tu anterior libro, tiene una impronta cinematográfica...
AF: Para mí Cortos era de alguna manera una despedida de la literatura tradicional. Este libro lo publiqué en Santiago un mes antes de rodar (Se arrienda). Lo publiqué porque yo sentía que necesitaba sacar dos libros (con Las películas de mi vida) antes de lanzarme a filmar, antes de pasar al otro lado. Un libro bisagra.
C: ¿Una suerte de transición?
AF: Claro, una entrada al cine. Yo quería hacer un combo con Las películas de mi vida: largometraje a color, y con Cortos: cuentos cuestionados en el fondo como estructura, en blanco y negro.
C: ¿Cómo concebiste conceptualmente Cortos?
AF: Me di cuenta de que cada cuento debía tener una puesta en escena. Tenía que estar diseñado y escrito teniendo en cuenta que lo visual fuera muy importante. Traté que cada cuento fuera puesto en escena y la puesta en escena debía obedecer a la historia o al personaje principal. Los tres mejores ejemplos, para mí, son “El far west”, “La hora mágica” y ”Road story”.
C: ¿Elegirías entre el cine y la literatura?
AF: Si me obligan a elegir con una pistola, yo elijo el cine. Por suerte eso no ocurre y dudo que ocurra. Lo que sí creo que va a pasar es que la literatura va a encontrar su lugar junto con el cine y ambos se van a mezclar, posicionar y encontrar sus propios tiempos. Yo creo que voy a escribir libros distintos a los que escribía antes y creo que también voy a filmar distinto. Estoy preparando un libro actualmente que yo defino como una suerte de Cortos 2, pero de no ficción. Un libro como de retazos, de crónicas, de apuntes, de memoria y de opinión sobre cosas que me interesan y me gustan. Una especie de autobiografía grouppie. Y no tanto escribiendo sobre mí, sino sobre otros que me interesan a mí. Creo que puede salir a fin de año y se llamaría Viajar a solas. Como Piglia, pienso que todo libro o película es un viaje, un viaje que uno emprende a solas.
C: Tú has hecho crítica de cine en una época. ¿Cómo ha recibido la crítica tu película en Santiago y qué sensaciones has experimentado al pasarte al otro lado?
AF: Hay dos frases que usaste que me gustan: “Santiago” y “al otro lado”. Sí creo que uno pasa al otro lado, es como pasar a la dimensión desconocida. Creo que de verdad quien ha sido crítico de cine o de libros y luego ha filmado una película o escrito un libro, puede usar esa frase sabiendo realmente el término. Ahora, me preguntas qué opinó la crítica de Santiago, yo me di cuenta rápidamente, antes de hacerla, que yo no estaba haciendo una película sólo para Santiago. Me parece un error el estar preocupado sólo de lo que ocurre en tu villa y en tus cuatro cuadras. Yo creo que un crítico que pasa al otro lado tiene algo de traidor. Por lo tanto, hay parte de la cédula a la cual tú perteneciste que se siente un poco traicionada, lo reconozcan o no. Yo lo puedo decir con claridad y con firmeza. Por lo tanto, yo estrené preparado para que me pasara algo. Curiosamente fue más lo positivo que lo negativo.