Saturday, December 30, 2006

viaje a la blogosfera: CLARIN y los BLOGS lit latinoamericanos

Interesante articulo q aparecio hoy en Clarin. Me hizo pensar, tanto al leerlo, como al conversar con Andres Hax. Creo q quizas da para una columna. Aun no tengo nada claro respecto a los blogs. Seran literatura? No creo. Habran bloggers de primer nivel anonimos? Creo q si, pero seguiran siendo anonimos. Es bueno o malo q haya interactividad entre el autor y los lectores digital. Puede ser, pero a la larga creo q la verdadera interactividad, la que no es superada x nada, es la que ocurre cuando se lee un libro.

eso

30.12.2006 | Clarin.com | Revista Ñ


TEMA DE TAPA
Viaje a la blogosfera

Autobiografía con o sin hechos, ideas sueltas, diario privado en público, descargas emocionales, cuaderno de apuntes y de ficciones: esos son los blogs literarios, que el Usuario Anónimo, cual ubicuo personaje recorre, dejando comentarios aprobatorios, irónicos, duros o insultantes. Los escritores Fuguet, Roncagliolo, Link, Figueras y Yépez hablan aquí de su experiencia con este medio, movilizador y abierto, pero que no es aún un nuevo modo de hacer literatura.


Diego Erlan; Andrés hax


En estas impresiones sin nexo ni deseo de nexo, narro con indiferencia mi autobiografía sin hechos, mi historia sin vida. Son mis confesiones y si en ellas nada digo, es porque en ellas nada tengo que decir."


Esta sentencia podría ser el primer post de cualquier weblog que ronda perdido en las autopistas del ciberespacio. Y sin embargo pertenece al fragmento 12 de El Libro del Desasosiego, de Fernando Pessoa, escrito bajo el espíritu de su heterónimo, Bernardo Soares. Y es que un blog tiene ese aroma de autobiografía sin hechos, ideas sueltas posteadas una detrás de otra como un diario íntimo, como la bitácora de un viaje por las turbulentas aguas de la existencia. Pero de seguro, luego de ese post vendría el comentario (casi siempre inevitable) de algún "usuario anónimo" que insultaría o, sin más, escribiría: "ezquizofrénico". Porque esas son las relaciones que se establecen en comunidades como la de los blogs.



Mientras se apagan las últimas luces de 2006 comienza a instalarse la certeza de que éste fue el año en que los weblogs (o blogs, simplemente), esos sitios autogestionados por autores, de construcción sencilla (no requieren conocimientos de programación ni diseño web), formados por anotaciones organizadas en cronología inversa, se consolidaron como medios de comunicación, tribunas de ideas y arte, papeles de confesiones salvajes y cotidianeidades tan intrascendentes como entretenidas. Con el blog (para muchos autores, un vehículo democratizador de ideas), los anónimos (y no tanto) de Internet tuvieron la posibilidad (siempre relativa) de ser escuchados (leídos, debatidos, insultados una y otra vez) por un auditorio (potencial) de millones de personas y conforman así uno de los territorios virtuales más visibles de los llamados "medios sociales" o Web 2.0. Con la agitada velocidad de estos tiempos, los fenómenos nacen en silencio y cobran masiva notoriedad en el mismo momento en que ciertos profetas vaticinan su deceso. Así, en un estudio de la consultora Gartner, el boom de los blogs tendrá su apogeo en el primer semestre de 2007 (con 100 millones de bloggers —cuando ya hay más de 200 millones de ex bloggers—) y de allí comenzará a descender, porque es muy fácil tener uno, pero laborioso mantenerlo.


En un medio donde todos pueden publicar de manera fácil, rápida y sin editores, esa es, a la vez, la buena y la mala noticia. Según José Luis Orihuela, profesor de la Universidad de Navarra, cuando son tan bajos los umbrales de entrada a un medio tan potente, "las opciones de participación se multiplican al mismo ritmo que la basura". Desde su nacimiento, Internet se constituye, a decir del escritor y académico Daniel Link, en un "fenómeno de reconversión a la escritura como no se conoce desde los tiempos de la Ilustración europea".


Los diversos usos y lógicas de los blogs (dentro de la literatura) tienen estrecha relación con el folletín, el diario íntimo (que proliferaron a finales del siglo XVIII y se difundieron en mayor medida a principios del XX) o los carnets (libreta de apuntes) y cahiers (cuadernos), que conforman una modalidad de prosa testimonial caracterizada por el registro de notas de lecturas y trabajo, el esbozo de futuras obras y la anotación de reflexiones generales. Testimonios intelectuales que acompañan el proceso creativo. Lo que Susan Sontag denominaba "el taller del alma" del escritor. Los grandes clásicos modernos del género del diario íntimo han sido escritos durante el siglo XX. Allí aparecen Franz Kafka (Tagebücher, 1910-1923), Virginia Woolf (A Writer''s Diary, 1953), Paul Valéry (Cahiers, 1957-1961) o Albert Camus (Carnets, 1962), por nombrar algunos. En ellos se relatan la intimidad de los autores pero también adquieren un valor documental porque describen sus realidades y el contexto histórico. Algo similar ocurre con los blogs.





El escritor mexicano Heriberto Yépez considera que la mayor revolución de este medio es acelerar la promoción de autores, descentralizar y restar hegemonía a la idea de literatura canónica. Para el autor, "el blog debería ser anárquico porque la anarquía es la esencia de la escritura".


Novelistas blogger




Para Daniel Link la cibercultura establece una alianza mucho más fuerte con la vieja cultura letrada que con la cultura audiovisual: "Estadísticamente, el tiempo de conexión compite con el tiempo que anteriormente se dedicaba a los consumos audiovisuales". Los blogs de escritores no abundan en imágenes, videos o hipervínculos y sus ficciones carecen (por ahora) de cierta estética blogger. Durante la Feria del Libro de Guadalajara, el escritor nicaragüense Sergio Ramírez señaló que él quisiera ir más allá de la escritura y fundir todo en un nuevo género donde entrara el cine, el video, la fotografía, la infografía, los testimonios de voz, la creación y la invención, que de por sí no tienen límites. Pero, ¿cómo se resiente la literatura con estas nuevas herramientas? Para Yépez hay una pérdida porque en Internet, la imagen y el sonido llenan los huecos del texto y ese —para él— es uno de los riesgos de la red: tiene recursos de resolución express.


¿Qué pasa cuando un novelista exitoso escribe un blog? ¿Para qué le sirve? ¿Cómo modifica sus prácticas de escritura? ¿El blog es un nuevo género literario o una plataforma legítima para crear literatura? Ñ convocó a tres novelistas latinoamericanos que administran blogs, para bocetiar respuestas a estas preguntas: el chileno Alberto Fuguet (42 años), el peruano Santiago Roncagliolo (Premio Alfaguara con Abril Rojo) y el argentino Marcelo Figueras (44 años, autor de Kamchatka y La Batalla del Calentamiento, entre otros).


Fuguet mantiene cuatro blogs eclécticos y entretenidos: Alberto Fuguet escritor/lector; Las películas de mi vida; PERDIDO, la película; y Cinepata. Sin embargo, lo primero que dice por teléfono desde su casa en Santiago de Chile es: "Yo no me siento un blogger oficial. Para mí son como cuentas corrientes. Es verdad, tengo blogs pero no tengo pasión ni pienso que he descubierto algo nuevo".


Los cuatro blogs de Fuguet se asemejan a un cuaderno de apuntes. Postea notas periodísticas que escribió para diarios, pero expandidas o con comentarios y aclaraciones que no entraron en la versión original; citas de lecturas; observaciones sueltas sobre obsesiones o intereses pasajeros. Leerlos es como entrar al cuarto de Fuguet y revolver los cajones de su escritorio, chusmear los papeles en los bolsillos de su sobretodo, y espiar los libros acumulados en su mesa de luz. En fin, el placer de un voyeur literario.


De los cuatro, Fuguet confiesa su preferencia por PERDIDO, un cuaderno de apuntes sobre una película que dirigiría el invierno que viene: "Como las películas se demoran tanto, desde que uno escribe el guión hasta que se termina yo sentí que necesitaba expresarme acerca del proceso de trabajo".


Ninguno de los blogs de Fuguet tiene habilitada la sección de comentarios —para muchos bloggers la esencia pura de un blog. ¿Por qué? "Tener todos los días un diluvio de críticas y comentarios es medio enfermizo, es como ir todos los días a la librería para ver si tu libro se vendió. Yo sé que a cierta gente mi nombre le repele y con eso ya me lo tengo que mamar. Pero de ir allí a recibir insultos gratuitos, no; ¿para qué?"


Figueras y Roncagliolo, que llevan más de un año posteando casi diariamente en el blog literario El Boomeran(g), difieren. Figueras que, como Fuguet, también esta preparando una película, dice: "Los escritores, en general, tienen cero contacto con su público real, o con su presunto público. No tienen la menor idea de cómo repercuten sus textos. En este contexto el blog aparece, para mí, como una oportunidad maravillosa para reconstruir puentes que habían sido dinamitados en los últimos años. Y te da la oportunidad de tomar contacto con la gente y con el lector que se perdió".


Desde su casa en Barcelona, Roncagliolo sostiene: "Con un blog, a diferencia de lo que ocurre con un libro, el producto final no es el texto que yo escribo sino el texto total que incluye los comentarios de los lectores, que van corrigiendo, precisando y discutiendo cosas que yo escribo. Y eso lo hace un género muy interesante. No es un género normal. No es una manera de escribir, sino que es una manera de dialogar".


Para ciertos bloggers, Roncagliolo y Figueras podrían ser considerados unos "tramposos". El Boomeran(g) es un emprendimiento de Alfaguara, y los dos cobran un sueldo por escribir allí. Varias veces, a causa de esto, fueron insultados con violencia en los comentarios. Roncagliolo, que incluso fue amenazado de muerte por criticar a Bob Dylan, reflexiona: "Creo que son gente más pacifica de lo que parece, no creo que realmente me vayan a matar. De todos modos, desde que he recibido esas amenazas he estado escuchando Blowing in the Wind todo los días rogando que me guste, pero no lo logro".


También podría argumentarse que El Boomeran(g) muestra una de las posibles vías de evolución del blog. Y es innegable que los posts de Roncagliolo y Figueras son abundantes, variados y ricos. Además, la experiencia de bloggear les ha vislumbrado a los dos autores nuevos posibles caminos de escritura. Figueras dice: "Me da la sensación de que todavía estamos en la fase de descubrimiento del juguete. Que por supuesto tiene potencialidades maravillosas de las cuales hemos empezado a utilizar solamente las más obvias, que son la posibilidad de cortar distancias y de producir encuentros inmediatos. Y tengo la sensación de que lo vamos a empezar a aprovechar más. Yo soy fanático de todo lo que es ficción por entregas, ya sea desde folletines hasta las series de televisión, y el blog se relaciona perfectamente con esto, por ejemplo". Por su parte, Roncagliolo ve la posibilidad de que el blog genere nuevas audiencias de lectores: "Puede ser un formato muy bueno para mover poesía, por ejemplo, porque el público esta muy disperso y las editoriales de poesía son escasas".


En febrero de 2007 Alfaguara editará dos libros: uno de Roncagliolo y otro de Figueras donde se recopilarán sus mejores posts. Una tendencia que este año, en la Argentina, se dio en los libros Monserrat (Mansalva), de Daniel Link y Buena Leche (Sudamericana), de Lola Copacabana. Por ahora, libros que podrían haber sido tomados de post o no. No hay grandes diferencias.



Los blogs sobre/de literatura (en la Argentina y el mundo) se han conformado como un nuevo escenario donde se dan el intercambio de ideas y debates literarios. Otras veces también son fuentes anónimas que diseminan chismes y observaciones, críticas pertinentes e impiadosas de la escena literaria y sus actores. Las discusiones estéticas, políticas (o bien personales) no se dan tanto en el debate cara a cara sino en la pública intimidad del blog.


El ring side de las polémicas literarias en blogs todavía recuerda la crítica que Quintín escribió sobre la antología de cuentos La Joven Guardia (Norma, 2005) o la entrega del Premio Planeta a Federico Andahazi. Las tintas afiladas volvieron a escribir cuando en noviembre se realizó la mesa debate "¿Qué hay de nuevo, viejo?", en la que Damián Tabarovsky, Martín Kohan, Daniel Link, Fogwill y Sebastián Hernaiz reflexionaron sobre la "novedad" en la literatura argentina y, desde luego, cuando Washington Cucurto (quizás el escritor más querido y odiado de la escena) inauguró su blog (elcuranderodelamor.blogspot.com) como forma de márketing para acompañar la edición de su último libro El Curandero del Amor editado por Emecé. Todos estos affaires tienen un punto de contacto: en la mayoría, el objeto o difusor de la crítica pertenece a la Joven Guardia, una generación de escritores que ha visto al blog como su natural lugar de expresión, y que, luego de la crisis del 2001, se consolidó como su espacio. Los autores opinan en sus blogs y en blogs de otros, articulando las avenidas de lectura. De esta manera trazan las redes de comunidades hiperlinkeadas.


En el territorio virtual rigen la inmediatez, la accesibilidad y la posibilidad de que cada uno pueda defenderse, sin la implicancia de la dictadura del espacio de los medios masivos de comunicación. "Uno tiene tiempo a pensar antes de hablar (escribir, en este caso) —dice Link—, lo que otorga a lo dicho (escrito) un mayor efecto. Pero me fastidian las desinteligencias, las lecturas superficiales y los insultos, claro". Comentarios firmados, a veces con nombres de usuarios, otras veces con nombres/broma sobre el tema tratado (Beatriz "La Coca" Sarlo, en alusión a la escritora argentina, por ejemplo), se suceden junto a las firmas del "usuario anónimo", comentador compulsivo que bien podría ser (en la fantasía blogger) un único personaje, con una lógica de pensamiento, que suele criticar o insultar sobre cualquier tema. Se desarrolla así un territorio libre en donde cada uno tiene su máscara facial digital, donde el actor se protege detrás de una pantalla.


"El reto es la manera de leer y despertar más abierto", comenta Yépez por mail. En esta utopía (la de Internet) que se cae cada cinco minutos y cada cinco minutos renace con nuevas formas de intervención, al parecer revolucionarias, hay una verdad: una nueva generación lee y crea dentro del hipnótico brillo del monitor. Y los cambios están por venir.



http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2006/12/30/u-01336166.htm