Saturday, July 29, 2006

Ahora Cortos a Buenos Aires...



en efecto, CORTOS ya está circulando x Argentina. Gracias, Alfaguara Bs As. Siempre me ha parecido un honor que mis libros esten en las librerias de un país al que siento tan cercano, al q le debo tanto, y q tiene escritores q me importan tanto. Argentina: la tierra de Puig, de Borges, de Arlt, de Rejtman, de Piglia, de Fresan por cierto.


29.07.2006 | Clarin.com


CULTURA |

EL NARRADOR CHILENO VIENE A BUENOS AIRES EN UNOS DIAS A PRESENTAR SU LIBRO "CORTOS"

Alberto Fuguet: "Yo soy un gran 'afanador' de Manuel Puig"

Hace unos años, Fuguet decía que era hora de acabar con el realismo mágico. Ahora afirma que no es vanguardista y que hoy Puig filmaría películas, como él.


Carlos A. Maslaton


La blancura de planicie nevada que muestra la tapa de Cortos (Alfaguara), el nuevo libro del escritor chileno Alberto Fuguet, hace pensar en un fotograma velado del que se hubiera evadido la imagen inicial de un relato. Vía telefónica, desde Santiago de Chile, la voz de Fuguet es la de un hombre maduro que parece no añorar su pasado de joven periodista-estrella y co-antólogo de McOndo, ese volumen incendiario que instigó a pegarle el tiro de gracia al realismo mágico de Gabriel García Márquez y sus epígonos. Hoy Fuguet suena complacido en su rol de director de cine —filmó su ópera prima Se arrienda en 2005 y actualmente prepara un nuevo filme—, lo cual no implica que no proyecte nuevas novelas y cuentos. Los días 8 y 9 de agosto Fuguet presentará en Buenos Aires los ocho relatos que integran Cortos: narraciones breves y nouvelles que combinan los recursos del relato tradicional con el guión cinematográfico. Se trata de una obra que exuda tributos al fantasma benigno de Manuel Puig y que está habitada por personajes excéntricos: dos cineastas latinos que son confundidos con choferes de estrellas de Hollywood, una pareja reacia a tener descendencia que asiste a la eutanasia de una mascota tratada como un hijo por unos conocidos, o un periodista dispuesto a conseguir "la" gran entrevista aunque para eso deba exprimir el dolor de un muchacho baleado por su propio padre.

—¿"Cortos" surgió como un conjunto orgánico de relatos o se trata de un proyecto no tan premeditado?

—Fue bastante premeditado: hace cuatros años quise hacer una película y pensé que antes de hacerla necesitaba sacar un par de libros más, por si nunca volvía a escribir. La noche anterior al primer día de rodaje un grupo de escritores amigos me hizo una fiesta de despedida, como si me fuera a la guerra. Quise sacar dos libros que tuvieran que ver con el cine y que fueran una bisagra: primero publiqué Las películas de mi vida (2003) y a ese libro quise unir una especie de lado B que fuera una colección de cortos —que en el fondo son cuentos— en blanco y negro. Era muy importante que ese libro fuera escrito y editado antes de lanzarme a filmar y por eso Cortos fue publicado en Chile a fines de 2004 .

—¿Haberse criado entre dos culturas guarda alguna relación con la presencia recurrente en su narrativa de personajes trashumantes?

—Sin duda tiene que ver, pero prefiero pensar que no es sólo eso. Mi propia experiencia me ha ayudado pero lo más relevante es que cada vez hay más gente fronteriza (en inglés me gusta aún más la palabra —border—de la que deriva borderline, que significa línea de la frontera pero también el límite que nos separa de la locura). Me crié en Estados Unidos y vine a Chile a los diez años, pero hoy las mezclas de identidades e idiomas se han vuelto más bizarras y creo que ahí mi obra calza, porque mi biografía se va pareciendo a la de muchísima gente. El otro lado de la globalización, de emigrar y transformarse en otro es que hay altas probabilidades de perderse en el camino.

—¿Combinar en estos relatos la narrativa pura con el guión de cine obedece a una necesidad de experimentación formal o al deseo de aunar cine y literatura?

—Sólo quise unir dos pasiones. No me siento un transgresor ni un escritor experimental y pienso que no estoy en la vanguardia. Pero sí sé que reflejo el mundo que estoy viviendo y que soy un gran afanador (sic) de Manuel Puig. Creo que hoy Puig estaría haciendo algunas de las cosas que hago y, seguro, estaría filmando porque han cambiado dos factores: la tecnología es más accesible y ya no existe ese fascismo de que "las cosas hay que hacerlas así".



—Años atrás, Mario Vargas Llosa y Guillermo Cabrera Infante polemizaron sobre la figura de Puig. El escritor peruano sostenía que Puig era menos un renovador que un autor light con escasa cultura literaria. Hoy Vargas Llosa elogia "Las películas de mi vida". ¿Usted encarna la venganza tardía de Puig?

—Sin lugar a dudas, Puig se está vengando de todos. Fue el primer escritor latinoamericano con el que me pude conectar de verdad. También el primer Vargas Llosa me gusta mucho, aunque él viene de una formación académica. Sin embargo, ahora se ha relajado mucho más. Travesuras de la niña mala es un libro que incorpora la cultura pop. Sin ir muy lejos, La tía Julia y el escribidor es un libro muy Puig, de una manera casi inconfesable. Estoy seguro de que la tía Julia hoy estaría leyendo con mucho placer a Puig.

FUGUET BASICO


SANTIAGO DE CHILE, 1964. ESCRITOR Y CINEASTA.
Estudió Periodismo en la Universidad de Chile y en 1990 publicó "Sobredosis", su primer libro de cuentos. Es autor de las novelas "Mala onda" (1991), "Por favor, rebobinar" (1998) y "Tinta roja" (1996) que fue llevada al cine. "Cortos" ha sido publicado en inglés y español en Estados Unidos en 2005. Ha sido guionista, crítico cinematográfico y reportero policial. Además colabora con diversos medios de prensa de su país y del mundo. Actualmente, prepara "Perdido", su segundo largometraje y también trabaja en su próximo libro que será de no ficción. Vive en Santiago de Chile.



http://www.clarin.com/diario/2006/07/29/sociedad/s-06101.htm

Wednesday, July 19, 2006

haciendola corta: promocionando CORTOS



En España, presentando CORTOS
esto salio en el ABC
casi todos consideran CORTOS como un libro mas que una coleccion de relatos; yo tb.


La literatura cinematográfica de Alberto Fuguet, en versión breve

ANTONIO VILLARREAL

MADRID. Puede decirse de Alberto Fuguet que es ya un «joven veterano» de las letras iberoamericanas. Desde aquel primer libro de cuentos, titulado «Sobredosis», publicado en 1990 y que le situó en la cresta de la llamada «nueva narrativa chilena», hasta su último volumen, «Cortos», Fuguet se ha labrado un interesante currículum que abarca no sólo literatura, sino también cinematografía.

«Cortos» suma ocho relatos que tienen en común una elección de personajes «desenfocados» insertados en un cúmulo de situaciones gobernadas por el azar. «No sé muy bien de qué va el libro», dice sorprendentemente su autor, «fue mi obra de despedida, porque ahora estoy haciendo películas como director de cine, que es como escribir pero con una cámara. Entonces quise hacer dos libros antes de lanzarme al rodaje de mi primer largo».

Esta película a la que se refiere Fuguet es «Se arrienda», su ópera prima. Antes de la misma es cuando tiene lugar la escritura de «Cortos», que define como «relatos en blanco y negro». En el proceso creativo de elaboración de los cuentos, el autor reconoce que «llevaba mucho tiempo sintiendo que antes escribía con la cámara, mientras que ahora, sin embargo, creo que estoy rodando películas con el lápiz».

El de Alberto Fuguet es uno de los nombres que, desde Chile, están llegando a nuestros oídos, lo que indica que el país andino está viviendo una gran efervescencia creativa -quizá comparable a la «movida» española-. «Sin duda, si sabes más de Chile es que algo está ocurriendo. Creo que es cierto que en Chile están pasando cosas, hay como energía, se están haciendo cosas, se está experimentando, y me sorprende el número de personas creativas al ser un país tan pequeño, tanto en cine como en literatura, y que todo coexista: por ejemplo, que se pueda dar un autor como yo y otra como Isabel Allende, que somos tan distintos».

Fuguet forma parte del colectivo McCondo, un grupo de artistas que claman el fin del realismo mágico. «Creo que el realismo mágico está, por un lado, súper vivo, porque a la gente le encanta y vende muchísimo, pero para mí terminó, porque creo que ha llegado a su fin creativo, siento que se ha quedado en producto de exportación». Por tanto, para el chileno, «la principal diferencia entre ellos y yo es que yo no escribo para ser querido por todos