Tuesday, October 30, 2007

hablando de novelas graficas...

a la espera q me llegue Spent y Blankets y obras de Adrian Tomine
via Amazon
y mientras leo a Jeffrey Brown
estos links acerca de como se hizo y logró y dibujó ROAD STORY

http://ergocomics.cl/sitio/index.php?idele=20071030103803

y una entrevista doble en panico.cl

http://www.paniko.cl/index.php/2007/10/30/la-novela-grafica-de-fuguet-y-gonzalo-martinez/

aqui va ademas una prueba preliminar, un bosquejo, de Gonzalo Martínez, de cuando recién empezó
a dibujar y a entrar en el mundo de Simón y del ambiente de piezas vacías.

Friday, October 26, 2007

Road Story-- lanzamiento 31 de octubre

cordialmente, invitados...
ese dia, las mujeres entran gratis a la feria




presenta mi amigo Pancho Ortega (Se arrienda, El numero Kaifman) que conversará con Gonzalo Martínez y conmigo.
no tengo claro de que hablaremos pero algo se hablara...

en el prox numero de Rolling Stone, viene una nota y entrevista y esta autoretrato caminero
de los 2 autores perdidos en medio de Arizona, algo que, en rigor, nunca sucedió

Wednesday, October 24, 2007

ROAD STORY en la calle y en You Tube



novela grafica ROAD STORY ya en la calle, en librerias
y esta novela visual viene con promo visual:

http://www.youtube.com/watch?v=abZ2wNTFRJk

Tuesday, October 23, 2007

retirarse... ¿a tiempo?


leyendo a Zuckerman
a Philip Roth
la vieja tradicion de leer aquel que NO ganó el Nobel

ahora leo, con bastante pasión, American Pastoral
(and since we don´t just forget things because they don´t matter but
also forget things because they matter too much...)

y me estoy haciendo bastante amigo de este Zuckerman, al que recién estoy
conociendo a los 62 años (él, no yo).


Zuckerman es un novelista que, a veces, escribe en primera personas sobre asuntos que le suceden a él y, en otras ocasiones, narra historias de otros, relatos que le intrigan, siempre desde su punto de vista, desde su lado de la vereda.

no sé cuál es la forma de conocer a alguien que tiene muchos libros acerca de su saga. Ya no partí en orden pero sí tengo claro que, leyendo el comienzo de su último libro, el que supuestamente será la última novela de Zuckerman, creo que mi acercamiento a Nathan será un tanto zigzagueante.
Casi de atrás para adelante.

aqui va este comienzo que me dejó tan impresionado como envidioso. Qué ganas de vivir sin dvd, sin internet, sin nada.
Se puede?
Puedo?
Creo que a veces.




I'd been alone these past eleven years in a small house on a dirt road in the deep country, having decided to live apart like that some two years before the cancer was diagnosed. I see few people. Since the death, a year earlier, of my neighbor and friend Larry Hollis, two, three days can go by when I speak to no one but the housekeeper who comes to clean each week and her husband, who is my caretaker. I don't go to dinner parties, I don't go to movies, I don't watch television, I don't own a cell phone or a VCR or a DVD player or a computer. I continue to live in the Age of the Typewriter and have no idea what the World Wide Web is. I no longer bother to vote. I write for most of the day and often into the night. I read, mainly the books that I first discovered as a student, the masterpieces of fiction whose power over me is no less, and in some cases greater, than it was in my initial exciting encounters with them. Lately I've been rereading Joseph Conrad for the first time in fifty years, most recently The Shadow-Line, which I'd brought with me to New York to look through yet again, having read it all in one go only the other night. I listen to music, I hike in the woods, when it's warm I swim in my pond, whose temperature, even in summer, never gets much above seventy degrees. I swim there without a suit, out of sight of everyone, so that if in my wake I leave a thin, billowing cloud of urine that visibly discolors the surrounding pond waters, I'm largely unperturbed and feel nothing like the chagrin that would be sure to crush me should my bladder involuntarily begin emptying itself while I was swimming in a public pool.

Monday, October 22, 2007

tratar de perdonar

A veces la literatura te da claves para comprender, escudriñar, entender...
pero también es cierto la vida no es exactamente igual a la vida.
Es menos ordenada y, sin duda, menos estética, menos digna, a veces

releyendo a Scott Fitzgerald, algo que nunca está de más:


este es el consejo, que lleva a tratar de comprender, de perdonar al otro;
este es el comienzo de El Gran Gatsby:

Cuando era más joven y más vulnerable, mi padre me dio un consejo al que no he dejado de dar vueltas desde entonces. “Siempre que sientas deseos de criticar a alguien”, me dijo, “recuerda que no todo el mundo ha disfrutado de las facilidades que tú has tenido”

Sunday, October 14, 2007

ROAD STORY--emocionar con viñetas



Esto salio hoy en Artes y Letras; aqui coloco algunas de las viñetas mudas de Gonzalo Martínez que -creo- hablan por sí solas. Uno de los temas que no apareció en el artículo de hoy fue algo que conversamos cuando nos juntamos con el periodista y que es un tema que me interesa mucho, por cierto a nivel cinematográfico pero -ahora- a nivel del Noveno Arte, y esto es: la posibilidad de narrar con imágenes, primero, pero, por sobre todo, la posiblidad de emocionar.

Eso es lo que espero, a lo que me dedico, de que se trata el arte o, al menos,
el "negocio" de crear historias. Uno no está aquí para contar cosas sino, vía personajes y acción o trama,
emocionar, reflejar, acompañar.

Espero que Road Story puede provocar esto
las viñetas me parecen extremadamente emocionantes, austeras, y capaces
de captar un mundo tan grande como desolado, triste, solo, inexplicable, fisurado...


Artes y Letras, EL M
Domingo 14 de octubre de 2007

NOVENO ARTE. Estreno de novela gráfica:
Alberto Fuguet, ahora en VERSIÓN CÓMIC

Primero en el cuento y la novela, después en el cine. Ahora Fuguet se toma otro formato, el de la novela gráfica. En la próxima Feria del Libro de Santiago se lanzará "Road Story", la versión en viñetas que Gonzalo Martínez dibujó a partir de un cuento del director-escritor.

por Javier Rojahelis

Un sujeto de 35 años, recientemente separado, deambula por las carreteras norteamericanas luego de haber abortado la misión de trabajo que lo llevó a la tierra del Tío Sam. Esta es, en líneas generales, la trama de "Road Story" (título que juega con el término de road movie y con "On the road", la novela de Kerouac), un extenso cuento que Alberto Fuguet incluyó en su libro "Cortos" y que ahora se ha convertido en novela gráfica de la mano del dibujante Gonzalo Martínez.

En el inicio de "Cortos" el propio Fuguet instaló la siguiente cita del director Eric Rohmer: "¿Por qué filmar una historia cuando se puede escribir? ¿Por qué escribirla, cuando se va a filmarla?". A lo que ahora se podría agregar: "¿Por qué filmarla si se puede convertir en novela gráfica?".


Y es que el proceso de trabajo entre el escritor y el dibujante se convirtió un poco en eso, en una labor a medio camino entre la literatura y el cine. Estuvo todo el tema de la adaptación, de traducir el texto en imágenes y de elegir secuencias y planos que en vez de quedar impresos en fotogramas ahora quedarían fijados en viñetas. "Esto fue muy parecido a una película donde Gonzalo claramente era el director", cuenta Fuguet.

Una adaptación sin tanto drama

Todo partió hace poco más de un año cuando Alejandro Aliaga (de editorial Alfaguara) y Francisco Ortega (autor de "El número Kaifman") le propusieron a Fuguet hacer la adaptación de uno de sus relatos (específicamente "Road Story") al formato de novela gráfica. Un género para entonces inexplorado y desconocido para Fuguet quien, de hecho, a partir de ese momento comenzó a revisar para interiorizarse. "Empecé a leer primero las fuentes originales de dos películas que me habían gustado. Una fue la graphic novel 'Ghost World', de Daniel Clowes, y la otra, 'Road to perdition'". Lo siguiente fue encontrar al dibujante responsable de convertir el relato de Fuguet en viñetas. Labor que recayó finalmente en el chileno Gonzalo Martínez, quien actualmente realiza para el mercado estadounidense la serie en cómic "Super Teen Topia" y que antes hizo una miniserie para Avatar Press (editorial de novelas gráficas como "V de venganza" de Alan Moore y "Sin city" de Frank Miller) llamada "Holed up".

Para Gonzalo Martínez, ciertamente era la oportunidad de asumir un desafío del que ya había notables ejemplos, como la adaptación que hizo el dibujante Paul Mazzucchelli de la novela "Ciudad de cristal", de Paul Auster, obra que Martínez elogia por los abundantes recursos del cómic que utiliza para reflejar la enajenación mental del protagonista. Sin embargo, en el caso de "Road Story", el proceso no fue tan complicado, como el recién citado, en términos de traducir el lenguaje narrativo al dibujo. "Aquí no había ningún enajenado", explica Martínez y prosigue: "Por ejemplo, los grises del dibujo estuvieron a cargo de Demetrio Babul, quien vendría a ser como el director de fotografía de esta película... a él le repetía que tuviera ojo, ya que esto no debía tener una iluminación tan dramática. Por eso no usé recursos dramáticos. Bueno, Edmundo Paz Soldán (que aparece en el libro comentándolo) destacó que era austero en el uso del lenguaje. Y eso es así porque en esta historia el tipo no está enajenado mentalmente. Sí está dañado en el corazón... pero se le pasa".

Menos palabras y más trazos

Sobre el tema de la adaptación, Fuguet no tenía mayores recelos sobre la mirada que podía darle Martínez a su texto, y de hecho tampoco se acordaba mucho del cuento, el que tampoco releyó en este proceso, salvo lo que tuvo que leer a partir de las páginas dibujadas que le iba enviando periódicamente el propio Martínez. Ausencia de suspicacia que el escritor justifica del siguiente modo: "Existe una suerte de manual del buen estilo en el tema de la adaptación y yo considero que a la larga siempre el adaptado va a salir ganando... incluso si sale mal, porque si sale mal van a decir 'es mejor el cuento'. Por lo tanto, partimos con un 'haz lo que querái'".




Y sobre su enfrentamiento con el cuento, Martínez confiesa: "No hubo casi ningún problema. Primero, porque me gustó el texto, me sentí identificado con el personaje, me gustaban los diálogos, uno echa de menos los buenos diálogos en el cómic, me gustaba el ambiente, el clima del cuento, cómo terminaba. De hecho, yo lo hubiera adaptado tal cual".

Martínez trabajó en el cuento original destacando diálogos y texto premunido de un marcador amarillo. Eso era lo que en principio quedaría instalado en los cuadros y globos de las viñetas que acompañarían los dibujos. Sin embargo, en el proceso tampoco esos textos resultaron íntegramente incluidos. Ahí en parte tuvo que ver la tijera del escritor. Describiendo su labor de "tijereteo", Fuguet cuenta: "Mi meta era que fuera lo menos narrado posible en cuanto a texto. Incluso en algunas ocasiones tajé texto. Había frases de 5 líneas que yo trataba que bajaran a una. Yo le decía a Gonzalo que, mientras menos texto mío, mejor. Lo ideal es que se hubiera adaptado casi con ninguna palabra, pero claro, eso no iba a ocurrir".

¿La primera?

Sobre si esta es la primera novela gráfica chilena, Martínez encuentra que no tiene mucho sentido discutirlo. Bueno, previamente ya se conoce el caso de "Juan Buscamares" de Félix Vega, que, si bien se publicó en España como novela gráfica, acá tuvo un debut que no responde precisamente al formato. Otro ejemplo que se discute es el de la más reciente "Bilis Negra", que fue una versión en estilo manga (con estética de dibujo japonés) de un cuento de Mario Markus realizada por Fyto Manga.

Dejando de lado esta discusión, Martínez prefiere destacar otra cosa: "Lo que sí yo encuentro notable es que una editorial como Alfaguara se haya decidido..." Fuguet lo interrumpe y dice "sí, se la están jugando. Eso ha sido un súper apoyo en el sentido de tomarlo más como literatura que como excentricidad".

El tamaño de la publicación es como el de un libro común y corriente. Con ISBN y todo. Tan parecido a un libro normal que los creadores decidieron cambiar la portada original (que era una foto de carretera norteamericana con un letrero) por una en la que aparecen dibujos que muestran la naturaleza más específica de esta obra. Fuguet cuenta: "Era como pasar gato por liebre al público. Con la anterior tapa podía parecer más un libro convencional... la idea era decir 'no, no nos da vergüenza hacer novela gráfica' y no tenemos que esconder la viñeta".

Tan entusiasmado quedó el escritor con esta experiencia que confidencia: "Ahora me encantaría hacer algo directamente al formato. No una adaptación de algo ya escrito. La idea sería pensar qué historia estoy, entre comillas, 'dispuesto a perder', en el sentido de superar el trauma... ese de que en el mundo literario lo más importante es entregarle todo al libro... que el libro es como el río en el que uno debiera depositar todas sus ofrendas... con eso uno creció, era lo que te enseñaban en los talleres. Tal como estaba esa idea de que leer era sólo leer en un sillón de cuero en una biblioteca y no en un McDonald's. Entonces, lo primero es aceptar que se va a escribir algo que no va a ir a un cuento, ni tampoco va a parar en el cine... y poder decir tranquilamente '¿y qué?'".

acerca del maletin

columna de Rev de Libros de EL M de este domingo--
ref: MALETIN LITERARIO

Domingo 14 de octubre de 2007

Regalar mundos




por Alberto Fuguet

Voy a escribir del Maletín Literario, a pesar de que no me gusta ni me interesa participar del debate nacional. Pero de alguna manera, al ser parte, terminé arrastrado y, tangencialmente, al centro de un huracán (bueno, un vendaval) mediático. Fui uno de los jurados, algo que, según algunos integrantes del mundillo cultural, equivale a haber trabajado para la Stasi. No creo que sea así. Antes de seguir, una confesión: yo no estaba muy de acuerdo con el Maletín y era, desde luego, como buen escritor, escéptico. Jamás pensé que podría ser llamado a participar. Por lo tanto, el mismo 22 de mayo, después del discurso de la Presidenta, pensé -como muchos- que esto quizás era un error. Tomé la opción típicamente crítica e intelectualoide. Hasta que me llamaron. Y mientras hablaba por teléfono, buscando las palabras más adecuadas para correrme, se me ocurrió que si todos iban a decir no, quién diría sí. Porque lo que me quedó claro, y así me lo confirmaron desde la Dibam y el Ministerio de Educación, es que el Maletín se entregaría de todos modos. Entonces pensé: prefiero estar adentro que afuera. Acepté.

No me arrepiento.

No tengo idea si este proyecto va a funcionar, pero creo que, en algunos hogares, cuando llegue esa caja o ese maletín de cuero o de plástico, algunos ojos se abrirán y brillarán. Algunos chicos o sus padres van a leer u hojear los que les llegaron. Y querrán leer otras cosas. No creo que salgan a venderlos o los quemen, como han dicho. Es posible que no pase nada, es cierto. Pero todo aquel que lee, de un tiempo a esta parte (post-irrupción de los medios audiovisuales) es alguien que fue salvado, elegido y rescatado por otro. Muchos lectores, partiendo por mí, lo somos gracias a un regalo. Es cierto que no hay nada como comprar tus propios títulos, pero también es verdad que no hay mejor regalo que un libro que te regale alguien que uno estima, que pensó que ese libro te podría gustar. Además, tenga uno o no poder adquisitivo, los primeros libros siempre son un regalo, aunque sea el niño el que elige tal o cual texto.

Uno ve las cosas de otro modo cuando ayuda a crear algo y no lo mira desde la vereda del frente. ¿Si tengo dudas? Por cierto. No me consta que esta medida ayudará a leer más. Mi deseo es que sí contribuya, por cierto. Algo. Y que quizás debería unirse con una gran campaña de fomento de la lectura. No creo que ninguna política o medida, ya sea estatal o privada, vaya a cambiar los hábitos de lectura en forma inmediata. Pero creo que la suma de medidas y apuestas y riesgos sí suman. Y si esos libros quedan ahí, quietos, abandonados, tampoco me parece tan atroz.

Estoy de acuerdo con Cristián Warnken en que no basta con regalar libros, pero me parece que el proyecto del Maletín no equivale a "tirar dólares desde un helicóptero sobre África". Y sí, quizás, la medida tiene algo de populista. Puede ser, aunque tampoco me asusta ni me da miedo aquello que tenga que ver con el pueblo o lo pop. Más bien me atrae: que los libros dejen de ser parte de alta cultura y "bajen" me parece clave, tal como me parece básico que existan libros en una casa. Incluso si no se leen. No soy para nada un tipo que cree en vibras y esoterismos, pero si me obligan, creo que tener un par de libros en una casa la protege de infecciones, chatura y mediocridad.



Eché de menos a Warnken en el jurado y creo que él, tal como Roberto Ampuero, Germán Marín y Thomas Harris, para nombrar algunos de los creadores que han criticado o han tenido ciertos reparos con el Maletín, deberían participar en la creación de los próximos. Ojalá se postulen o sean invitados por la directora de la Dibam. Quedan dos maletines más, que serán para niños mayores y adolescentes, y creo que lo que corresponde es que los jurados que ya participamos renunciemos para darles la posibilidad a otros, sobre todo a aquellos que creen que esto es una estupidez o una falta de respeto y un despilfarro de recursos, para que ellos elijan los futuros libros que se regalarán.

Quizás el Maletín no transformará a Chile en el país más lector del mundo, pero claramente no le hará daño y no creo que se pierda en el camino, porque, al revés, ha pavimentado un nuevo camino. Además, ya ha producido algo parecido a un milagro: ha devuelto al libro a un lugar que había perdido. Ahora el Maletín es parte del debate nacional, es polémica. Este mismo diario tituló en primera página "los resultados" del Maletín y casi todo los medios usaron el cliché del humo blanco. Pues bien: salió humo blanco y me parece estupendo que se les haya quitado el espacio a los crímenes, la silicona y la estupidez de la farándula, para abrir un nuevo debate. Eso me parece plata bien invertida.

Friday, October 05, 2007

el fin del camino: ROAD STORY

la novela grafica de Gonzalo Martínez
basado en mi cuento idem de CORTOS

ya está listo
sale a fines de oct
el 31 de oct-- se presenta dentro de la Feria del libro de Stgo

esta es la portada
y hoy salio algo en LA TERCERA
mas, pronto....



me tiene mas que contento
participe un poco del proceso de "adaptacion" y
fue un poco como preproducir una pelicula

Wednesday, October 03, 2007

Murakami habla y calla y se esconde a plena luz



Murakami habló en El M el domingo pasado gracias a Juana Libedinsky de
La Nacion de Bs As q lo visito en Waikiki, Hawaii

a pesar q en efecto, esta muy de moda sigo apostando y recomendando Norwegian Wood y los libros de cuentos
y me dieron ganas de leer su última novela corta After Dark



extractos:




"Escribo cosas raras, muy raras -reconoce respecto a sus historias, que mezclan realidad y fantasía, y que los críticos Occidentales han calificado de posmodernas-. Pero soy una persona muy realista. No creo en nada New Age : el horóscopo, el tarot, los sueños. Solo hago ejercicio físico, como sano, escucho música y trabajo. Sin embargo, cuanto más serio me vuelvo en la vida real, más extrañas son las cosas que escribo. Por eso uno de mis escritores favoritos es Manuel Puig, con esa imaginación tan libre. Encuentro un punto en común muy fuerte entre su literatura y la mía", comenta en un perfecto inglés, fruto de una temprana pasión por Hemingway, Scott Fitzgerald y la literatura americana en general, además de largas estadías en las universidades de Harvard y de Hawai como escritor visitante.

y esto...

"Tengo pánico a convertirme en una celebridad y tomo todas las medidas necesarias para que eso no ocurra. Nunca aparezco en la televisión, no voy a las fiestas -odio las fiestas-, no doy charlas, no tengo amigos famosos, no tengo amigos escritores, no aparezco en librerías para firmar mis libros, no uso Armani sino shorts y zapatillas siempre, y no dejo que me saquen fotos ni suelo dar entrevistas salvo casos como este. Como sé que las posibilidades de que tome elsubte en Buenos Aires son bastante escasas, no me importa volverme conocido allí. Pero lo que no quiero es que la gente me reconozca en el colectivo en Tokio o no poder ir a las tiendas de discos viejos en Estados Unidos", dice.




"Nunca entiendo por qué los medios quieren saber de mí, porque la mayor parte del tiempo no me siento nada especial -confiesa-. Puede haber cierta magia cuando escribo, pero el resto del día soy nada más que un amante del jazz como hay millones por ahí."



-Lo atrae mucho la cultura popular?

-Sí, soy fanático de la serie Lost en televisión, hasta compré la casa en Hawai donde se filmó la primera temporada; la única otra serie que recuerde que me haya gustado tanto fue Twin Peaks , de David Lynch, hace años. Estaba tan obsesionado con el programa que no podía esperar el capítulo siguiente. Yo no soy un tipo inteligente de gustos sofisticados: me gustan las buenas historias y punto. Si una buena historia está en un libro o en la televisión, para mí es lo mismo, la admiro. Pero a las cosas intelectualosas sin una buena historia detrás no las admiro, porque no tengo gustos académicos: antes de ponerme a escribir tenía un bar de jazz donde yo preparaba los sándwiches y servía los tragos hasta la madrugada. Soy un mero trabajador, que disfruta de la cultura popular, mientras que la mayor parte de los escritores son unos esnobs que ni a mí me gustan ni yo les gusto a ellos.

-¿Se inspira en la cultura popular?

-Para mí la cultura popular, incluso la más comercial, es como una gran reserva natural de donde los escritores podemos tomar infinitos temas para establecer una comunicación directa con los lectores. Si yo tomo como título de un libro el de una canción de los Beatles, como en mi novela Norwegian Wood [en castellano, Tokio Blues ]), sé que a muchos eso les va a sonar y ya así se crea algún nexo entre nosotros. A la vez, la cultura pop es como el agua, y con algo tan simple como abrir la canilla podemos tomarla para nutrirnos. Es tan imposible escapar de ella, como del aire que respiramos. Todos comemos una hamburguesa de McDonald s, miramos la televisión o escuchamos a Michael Jackson. Es algo tan natural que ni siquiera nos paramos a pensar que todo eso es cultura. Por eso, si uno escribe sobre la vida en la ciudad -sea Buenos Aires o Tokio-, no incluir estas cosas sonaría falso. Supongamos que describo a una chica cualquiera que se despierta con una canción de Madonna y se va de compras al shopping , ¿qué tiene de especial eso? ¡Nada! Y justamente yo quiero que la gente sienta que lo que escribo no es forzado. Por eso tengo que colocar referencias a la cultura popular todo el tiempo. Y además, porque me gustan los Rolling Stones, los Doors, las películas de terror, los cuentos de detectives. No es que yo quiera escribir como quienes hacen la ficción más popular en cuanto a contenido, pero sí tomar las estructuras de la cultura popular y rellenarlas con cosas mías. El resultado es que ningún escritor me quiere, ni los que escriben novelas pasatistas ni los escritores serios. Yo estoy en un punto intermedio entre ambos, haciendo algo nuevo, pero creo que voy ganando territorio, porque los otros escritores no estarán de mi lado, pero los lectores sí.