Sunday, November 09, 2008

conversando acerca de Caicedo

hoy se lanza oficialmente, en Santiago, no en Cali, Mi cuerpo es una celda...
la autobiografía de Caicedo. Es raro pero lógico que yo esté tan presente y que me toque a mi presentarlo y dar entrevistas pero bueno, Andrés no está...

he ido a radios y hablado con periodistas y siento que la meta se está logrando:
Caicedo para contempóraneo, Caicedo ya es un autor q existe (dejó de ser un secreto)
y es parte ahora del mapa literario latinoamericano.

posteo una charla con Alejandra Zúñiga de La Tercera.com
q toca temas y aclara cosas
respecto de AC y del libro





Alberto Fuguet:
"Quería demostrar que un escritor joven, rockero y cinéfilo también puede ser un autor universal"

Alejado del realismo mágico, la figura del colombiano Andrés Caicedo, quien se suicidó a los 25 años, es recuperada por el chileno quien lanzó la autobiografía Mi Cuerpo es una celda.

Alejandra Zúñiga C.

Parece un invento pero no lo es. Un artista joven, lúcido, excéntrico, loco y suicida. De pelo largo y grandes lentes, sorprende saber que Andrés Caicedo no sea un personaje, más aún cuando la presentación fuera de su Colombia natal la hace el chileno Alberto Fuguet, un escritor que hizo de las experiencias juveniles, urbanas y cinéfilas, parte importantes de su obra.

Mi Cuerpo es una Celda (Editorial Norma) es el título del libro con el que Fuguet recupera la figura de Caicedo a través de sus cartas, críticas de cine y múltiples escritos, que el autor elaboró a lo largo de sus 25 años de vida casi en forma compulsiva. Un escritor precoz, hiperkinético e introvertido, que como héroe trágico de novela puso fin a su vida pocas horas después de editar el libro ¡Que Viva la Música!, ingiriendo 60 tabletas de seconal.

"Uno anda buscando héroes, escritores que no sólo te gusten en el libro sino también que sientas una conexión, gente que uno sienta que toca temas parecidos, que piensan lo mismo, en el fondo uno anda buscando amigos, personajes que se parezcan a los amigos que uno tiene en la vida real", comenta Fuguet a LaTercera.com.


El escritor que llegó a relacionarse con la familia de Caicedo como un fan cualquiera, terminó accediendo al universo íntimo del autor que conoció por casualidad en un librería de Lima, cuando se acercó atraído por el título de Ojo al Cine, libro que reunía las críticas cinematográficas hechas por el autor colombiano para un diario de Cali y su propia revista. Sin embargo, Fuguet encontró en él algo más que un "amigo", halló al "hermano mayor de McOndo", aquella antología de jóvenes escritores publicada por el autor de Por Favor Rebobinar y Sergio Gómez en 1996 y que se planteaba desafiante contra el realismo mágico, proponiendo la visión de un territorio global e hiperconectado donde los jóvenes y sus costumbres cada vez más influenciadas por la cultura estadounidense son protagonistas.

"Siempre me había llamado la atención que en América Latina no hubiese un equivalente a ciertos autores europeos o norteamericanos urbanos, lo más parecido era Vargas Llosa o Manuel Puig pero no había un Andrés Caicedo, sentía que alguien como él faltaba y después me di cuenta que existía pero estaba escondido y además muerto", afirma, y agrega que "uno de los temas que más me llamó la atención es que fuera colombiano, creo que si hubiese sido de otro país no me hubiera atrevido a gastar tanto tiempo en él, porque es fascinante que sea del mismo país que inventó el realismo mágico y me parece increíble que los textos que aparecen en este libro los haya hecho mientras ese movimiento se armaba. Por ejemplo, iba leyendo Cien Años de Soledad, que en esa época era un libro nuevo, y a pesar de disfrutarlo no se contaminó, tenía un mundo tan urbano, tan personal y tan interesado en el futuro, que no se tiñó de eso".

MAKING OFF

La intención de Fuguet con este libro -que se lanza este domingo a las 19 horas en la Feria del Libro de Santiago- era clara: hacerle justicia a un escritor necesario para la historia de la literatura del continente, desconocido en Latinoamérica pero de verdadero culto en Colombia, donde "causa fanatismo, en los colegios recitan sus cartas y cuentos, se roban la lápida de su tumba, las chicas andan con poleras con su cara y hacen firmas para que a un parque en Cali le pongan su nombre", comenta.

Una verdadera estrella rockera. Con esta idea en mente, el escritor comenzó su trabajo de recopilación del material entre amigos y familiares, sin embargo a poco andar se dio cuenta que tanto la biografía como el epistolario no correspondían para un personaje inexistente para la gran mayoría de los lectores, por lo que el proyecto se transformó en una autobiografía contada por el mismo a través de sus escritos.


"Todos me contaban historias muy contradictorias y me di cuenta que hablaban más de sus experiencias con él que sobre Caicedo mismo, me contaban que habían tenido historias muy intensas con él de amistades, drogas, amores, y era imposible que este tipo hubiera podido escribir tanto con una vida así de vertiginosa, por eso al leer con calma me di cuenta que si lo editaba, podía transformar muchas de sus cartas en textos, en una historia. Quería demostrar que un escritor joven, rockero, cinéfilo y drogadicto también puede ser un autor para todas las edades, la meta era cortarle el pelo, jugar con eso, y creo que se logró", afirma.

Sin embargo, ante las supicacias de cuánto montaje hubo involucrado en la realización del libro, Fuguet defiende su trabajo aclarando que "nunca alteré, no mentí, lo único que escribí es la dedicatoria en la que resumí sentimientos y frases literales suyas; de igual forma, habían cartas en las que yo veía que él se iba por las ramas, cartas muy bonitas en las que hablaba tanto del tiempo como de quien le debía plata, entonces hice un orden pero sin manipular, las fechas son todas reales, el tiempo también y ahi me dí cuenta que él iba cada vez mas en picada", afirma.