los blogs del desasosiego---version larga
columna del dgo pasado... en EL M
me costo mucho recortarla xq, a diferencia de los blogs, y la columna era acerca de los blogs, un diario exige una cantidad minima y maxima para que una columna sea una columna--un post puede ser una linea o 7 carrillas
aqui van, ademas, cosas que sobraron.
La columna fue inspirada a partir de una entrevista q le di a Clarin y al articulo q salio despues
bonus tracks, si es q puede existir eso, de la ultima columna
Mi blog(s) tampoco son un sitio de encuentro para chatear, via comments, con lectores. O para tratar de convencer a militantes que no merezco morir y que no he dañado la literatura o la cultura local. No. Creo que los libros son interactivos pero lo son de la antigua manera: el autor se contacta con el lector via la tinta y el papel y las palabras. En todo caso, en mi vida como blogger, sin duda soy un aficionado. O un blogger de segunda.
Lo cierto es que, para los menores de 25 años, el blog es algo así como un celular por escrito. Es una forma de comunicarse-expresarse-informarse-exhibirse-saciarse. Un blog es la fiesta donde todos están invitados pero donde no todos van. ¿Desde cuando existen tantas fiestas en forma paralela? ¿Tantos clubs o sociedades que aceptan socios que no quieren ser socios?
Ahora bien: que los blogs no específicos (los alejados a la contigencia y los medios de comunicación), es decir, aquellos que no desean informar acerca de cine, deportes, politica, libros, etcétera, están sospechosamente ligados al diario de vida es incuestionable. Pero lo curioso aquí es que, por lo general, los escritores de papel con cierta trayectoria no usan sus blogs como diario sino como algo que va entre autopromoción, sitio de fan para contactarse con sus lectores o suerte de disco duro público donde postrean sus escritos.
De nuevo: ¿son los blogs son un género literario?
¿Alterarán la forma de hacer literatura?
Probablemente no. Yo creo que sí van a ir cambiando cierta estética. En lo que se refiere a mí, la idea del posts me seduce. Es corto, preciso y no necesita justificación. Tiene algo de los carnets de Albert Camus. A veces la literatura no tiene la libertad que uno desea (hay que contar una historia) y hasta la no ficción se ha pisado la cola (hay que contar una historia o, al menos, hay que se coherente y tener una idea central).
Ahora bien, han habido tantos avances y tantos inventos modernos desde el Sr. Guttenberg y, a la larga, la novela no ha cambiado demasiado. Por otro lado, es verdad que no se escriben las novelas como hace una centuria. Ya nadie escribe Guerra y paz, entre otras cosas porque nadie las leería pero, más que nada, porque esas novelas se escribían en los diarios, serializadas, y hoy los diarios y revistas apenas le dedican espacio a literartura (¿Cien años de soledad, todos los dias en la página C-2? Dudoso).
Seguramente una novela de Manuel Puig no se podía haber escrito antes que el invento del cine o de la aparición de la radio y los radioteatros o las revistas femeninas ilustradas. Todo invento tecnológico eventualmente se verá reflejado en el arte de su tiempo. Personalmente, no estoy fascinado con las novelas que han salido intentando reproducir el formato del chat o de un blog. Al final esos intentos no son tan distintos que las novelas epistolares. Y hasta el momento nadie la ha reventado haciendo una novela estructurada en torno a emails. Todos saben que sería un truco no más. Y las que ya existen parecen algo, no sé, antiguas. Envejecidas.
Esto fueron ideas entregadas publicadas en CLARIN
ya estan posteadas mas abajo pero creo q vienen al caso. Digamos q estoy de acuerdo conmigo en esto:
En cuanto a mis blogs, los veo más como una especie de disco duro público. Antes uno bajaba artículos o escribía notas y los guardaba en una carpeta privada. Ahora ese mismo proceso lo pongo en el aire. También siento que lo que me gusta de vez en cuando tiene más que ver con lo que hace el DJ. Me gusta el acto de pegar algo ajeno al blog. Es como cuando uno elige epígrafes. Yo siento que los blogs son más para amigos; a veces uno considera que los lectores son amigos también. No lo tengo muy claro, pero ahora cuando leo algo que me conmociona o me llama mucho la atención y me da ganas de compartirlo lo hago en el blog. Y allí se configura una audiencia que esta conectada contigo.
Yo siento que cuando uno escribe un artículo para Clarín o El Mercurio en contra o a favor, por ejemplo, de un escritor, se convierte en un tema nacional. Hace poco escribí un artículo sobre el escritor peruano estadounidense Daniel Alarcón. Y se tomó como si yo estuviera creando una nueva sensibilidad o promoviendo una nueva generación. Y allí me di cuenta que era verdad que todo lo que aparece hoy en la televisión o en los periódicos se vuelve mucho más escandaloso o importante de lo que realmente es. De alguna extraña manera ahora los periódicos son más poderosos porque son pocos y lo que se escribe allí se termina tomando como algo contundente. Pero a veces uno no quiere ser contundente, sino simplemente quiere citar a Kafka.
El otro día leí el ensayo que Orhan Pamuk leyó al recibir el Premio Nobel y me pareció extraordinario. Pero no hay mucho más que decir, salvo citarlo y expresar mi entusiasmo. Y para eso el blog es perfecto.
ahora si, la columna del domingo, posteado en las afueras de Berlin
Domingo 18 de febrero de 2007
Los blogs del desasosiego
Acabo de sacar un libro. En papel. No creo - aún- en las novelas digitales. Pero publicar "a la antigua" no implica estar ciego o estar en contra o no querer o poder entender lo que está pasando ahora. Y están ocurriendo cosas: nunca el "yo" se ha sentido más seguro de sí mismo incluso cuando tiembla y duda. El blog, a estas alturas, es quizás una forma de ver la vida, de vivir en sí y, si se quiere, un medio para informarse o para matar el tiempo, pero ¿es algo literario? ¿Puede un blog ser literatura?
Pues bien: yo tengo unos blogs, no tengo claro por qué (quizás porque son más fáciles de utilizar/mantener, y más baratos también, que una página web), pero aun así no me siento un bloguero o un bloguista. No escribo cuentos ni libros ni creo que pensamientos y, Dios me proteja, tampoco mis estados de ánimos. No son ese tipo de blogs. No creo que lo que blogueo sea literatura. Quizás lo sea. No sé. No creo. Quería tener una bitácora de todo lo que leo o veo, pero nunca tengo la energía para trasladar eso al computador. Me gusta colocar frases y trozos de otros, eso sí, algo así como un DJ literario.
¿Es eso literatura? Puede ser.
Se me ocurre que un blog-blog, uno con mayúsculas, requiere dedicación, compromiso, rigor y una cierta periodicidad (mucha). Aunque esto es relativo, porque muchos de los blogs a los que uno entra (a los que entro) no son, quizás, blogs ciento por ciento destilados, pues están más cercanos a, uno, el tradicional, pudoroso y reiterativo diario de vida o, dos, una suerte de medio de comunicación alternativo.
Un blog es un blog y, por definición, es lo que el autor quiere que sea. Está en la red y, por lo tanto, al nacer de la libertad más absoluta, puede ser amorfo, a tu medida o sin medida, arbitrario, excesivo, minimalista, con fotos o links a YouTube o lo que alguien está tramando en la red en este preciso instante. Dicho de otra manera: hay tantos blogs como personas. Uno podría decir, y se ha dicho, que hay tantos libros como autores. No me queda tan claro. Hay quizás más libertad (aunque menos calidad) en los blogs que en aquello que denominamos "el mundo literario". En la estratósfera de los blogs, la gente simplemente quiere ser, no contar. Quieren mostrarse. Algunos de manera sutil; otros patéticamente; otros muestran más de lo que deberían o de lo que uno quisiera ver. Pero hay una cosa libre, desordenada, que conmueve. Y que deja claro que incluso aquellos que no leen o no desean hacerlo a veces necesitan expresar por escrito. Sin duda que el narcisismo está detrás de todo esto (como si no lo estuviera detrás de la literatura), pero más que nada es un deseo de comunicar. De expresarse. De contar cosas o de mostrarlas. De compartirlas.
Que era como comenzó, alguna vez, antes de que se corporizara la literatura. La blogosfera no es un arte y ojalá nunca lo sea. Quizás hay párrafos o momentos que rozan el arte, pero en los blogs, o al menos en la mayoría, lo que está detrás no es el prestigio, el poder ni el dinero.
Nadie se define como un bloguero. Nadie anda por la vida blogueando o, si lo hacen, lo hacen para callado, como un secreto o un hobbie. Nadie espera ganarse la vida ni obtener una beca o dictar un taller de blogs.
Hay tantos blogs como narradores de blogs. Porque un blog, aunque sea de no-ficción (y la mayoría lo son), tiene mucho más que ver con el tema del blog que del que escribe el blog. Hay muchos blogs donde no está claro quién es el autor, pero todos, incluso los malos, tienen un autor y, a veces, una voz. Así, un tipo puede inventarse varias personalidades o nicks para crear distintas voces y, a la vez, distintos blogs.
Antes de seguir, volvamos al mundo literario en papel. Fernando Pessoa sería un blogger perfecto. Quizás fue el primero con su timidez patológica, sus heterónimos, entre sicóticos y tripolares, y su fatal falta de vida social. Pessoa, en El libro del desasosiego: "El mundo entero reducido a fragmentos que no conforman un verdadero todo, apenas texto sobre texto sobre texto".
Hoy, quizás, diría post en vez en texto.
Quizás.
Uno relee El libro del desasosiego y capta que no es un diario de vida. ¿Cómo podría serlo si el tipo no tenía vida? Son textos, pensamientos, dudas, meditaciones, apuntes. No me cabe duda que si Kafka o Pavese escribieran hoy, quizás tendrían un blog. Creo que deben haber muchísimos blogs con los nuevos Kafka y Pavese y que, sin duda, tal como sucedió con ellos, deben tener pocos hits. Es decir, serían poco visitados. En ese sentido, los blogs se parecen muchísimo a los libros y al mundo general. He navegado al azar y me he topado con blogs donde se nota que hay una voz detrás y a uno le queda claro que casi nadie ha visitado el sitio, tienen cero comments y donde, se deduce, que el autor es probablemente alguien con serios problemas de comunicación. Quizás por eso escribe. Quizás por eso tiene un blog privado pero, a la vez, público.
La diferencia, al final, es ésta: ingresar a los diarios de Kafka antes que Brod los hiciera públicos era imposible; ingresar al blog de Alejandro de Alejandría es fácil, pero nadie lo hace porque nadie sabe que existe. Alejandro de Alejandría no es el único blogger del planeta. Tampoco es el único escritor ni el único habitante, pero lo fascinante es que él o ella sienten que sí lo son. Y quizás por eso, en medio de la noche digital, escriben tan bien y con tanta verdad.
me costo mucho recortarla xq, a diferencia de los blogs, y la columna era acerca de los blogs, un diario exige una cantidad minima y maxima para que una columna sea una columna--un post puede ser una linea o 7 carrillas
aqui van, ademas, cosas que sobraron.
La columna fue inspirada a partir de una entrevista q le di a Clarin y al articulo q salio despues
bonus tracks, si es q puede existir eso, de la ultima columna
Mi blog(s) tampoco son un sitio de encuentro para chatear, via comments, con lectores. O para tratar de convencer a militantes que no merezco morir y que no he dañado la literatura o la cultura local. No. Creo que los libros son interactivos pero lo son de la antigua manera: el autor se contacta con el lector via la tinta y el papel y las palabras. En todo caso, en mi vida como blogger, sin duda soy un aficionado. O un blogger de segunda.
Lo cierto es que, para los menores de 25 años, el blog es algo así como un celular por escrito. Es una forma de comunicarse-expresarse-informarse-exhibirse-saciarse. Un blog es la fiesta donde todos están invitados pero donde no todos van. ¿Desde cuando existen tantas fiestas en forma paralela? ¿Tantos clubs o sociedades que aceptan socios que no quieren ser socios?
Ahora bien: que los blogs no específicos (los alejados a la contigencia y los medios de comunicación), es decir, aquellos que no desean informar acerca de cine, deportes, politica, libros, etcétera, están sospechosamente ligados al diario de vida es incuestionable. Pero lo curioso aquí es que, por lo general, los escritores de papel con cierta trayectoria no usan sus blogs como diario sino como algo que va entre autopromoción, sitio de fan para contactarse con sus lectores o suerte de disco duro público donde postrean sus escritos.
De nuevo: ¿son los blogs son un género literario?
¿Alterarán la forma de hacer literatura?
Probablemente no. Yo creo que sí van a ir cambiando cierta estética. En lo que se refiere a mí, la idea del posts me seduce. Es corto, preciso y no necesita justificación. Tiene algo de los carnets de Albert Camus. A veces la literatura no tiene la libertad que uno desea (hay que contar una historia) y hasta la no ficción se ha pisado la cola (hay que contar una historia o, al menos, hay que se coherente y tener una idea central).
Ahora bien, han habido tantos avances y tantos inventos modernos desde el Sr. Guttenberg y, a la larga, la novela no ha cambiado demasiado. Por otro lado, es verdad que no se escriben las novelas como hace una centuria. Ya nadie escribe Guerra y paz, entre otras cosas porque nadie las leería pero, más que nada, porque esas novelas se escribían en los diarios, serializadas, y hoy los diarios y revistas apenas le dedican espacio a literartura (¿Cien años de soledad, todos los dias en la página C-2? Dudoso).
Seguramente una novela de Manuel Puig no se podía haber escrito antes que el invento del cine o de la aparición de la radio y los radioteatros o las revistas femeninas ilustradas. Todo invento tecnológico eventualmente se verá reflejado en el arte de su tiempo. Personalmente, no estoy fascinado con las novelas que han salido intentando reproducir el formato del chat o de un blog. Al final esos intentos no son tan distintos que las novelas epistolares. Y hasta el momento nadie la ha reventado haciendo una novela estructurada en torno a emails. Todos saben que sería un truco no más. Y las que ya existen parecen algo, no sé, antiguas. Envejecidas.
Esto fueron ideas entregadas publicadas en CLARIN
ya estan posteadas mas abajo pero creo q vienen al caso. Digamos q estoy de acuerdo conmigo en esto:
En cuanto a mis blogs, los veo más como una especie de disco duro público. Antes uno bajaba artículos o escribía notas y los guardaba en una carpeta privada. Ahora ese mismo proceso lo pongo en el aire. También siento que lo que me gusta de vez en cuando tiene más que ver con lo que hace el DJ. Me gusta el acto de pegar algo ajeno al blog. Es como cuando uno elige epígrafes. Yo siento que los blogs son más para amigos; a veces uno considera que los lectores son amigos también. No lo tengo muy claro, pero ahora cuando leo algo que me conmociona o me llama mucho la atención y me da ganas de compartirlo lo hago en el blog. Y allí se configura una audiencia que esta conectada contigo.
Yo siento que cuando uno escribe un artículo para Clarín o El Mercurio en contra o a favor, por ejemplo, de un escritor, se convierte en un tema nacional. Hace poco escribí un artículo sobre el escritor peruano estadounidense Daniel Alarcón. Y se tomó como si yo estuviera creando una nueva sensibilidad o promoviendo una nueva generación. Y allí me di cuenta que era verdad que todo lo que aparece hoy en la televisión o en los periódicos se vuelve mucho más escandaloso o importante de lo que realmente es. De alguna extraña manera ahora los periódicos son más poderosos porque son pocos y lo que se escribe allí se termina tomando como algo contundente. Pero a veces uno no quiere ser contundente, sino simplemente quiere citar a Kafka.
El otro día leí el ensayo que Orhan Pamuk leyó al recibir el Premio Nobel y me pareció extraordinario. Pero no hay mucho más que decir, salvo citarlo y expresar mi entusiasmo. Y para eso el blog es perfecto.
ahora si, la columna del domingo, posteado en las afueras de Berlin
Domingo 18 de febrero de 2007
Los blogs del desasosiego
Acabo de sacar un libro. En papel. No creo - aún- en las novelas digitales. Pero publicar "a la antigua" no implica estar ciego o estar en contra o no querer o poder entender lo que está pasando ahora. Y están ocurriendo cosas: nunca el "yo" se ha sentido más seguro de sí mismo incluso cuando tiembla y duda. El blog, a estas alturas, es quizás una forma de ver la vida, de vivir en sí y, si se quiere, un medio para informarse o para matar el tiempo, pero ¿es algo literario? ¿Puede un blog ser literatura?
Pues bien: yo tengo unos blogs, no tengo claro por qué (quizás porque son más fáciles de utilizar/mantener, y más baratos también, que una página web), pero aun así no me siento un bloguero o un bloguista. No escribo cuentos ni libros ni creo que pensamientos y, Dios me proteja, tampoco mis estados de ánimos. No son ese tipo de blogs. No creo que lo que blogueo sea literatura. Quizás lo sea. No sé. No creo. Quería tener una bitácora de todo lo que leo o veo, pero nunca tengo la energía para trasladar eso al computador. Me gusta colocar frases y trozos de otros, eso sí, algo así como un DJ literario.
¿Es eso literatura? Puede ser.
Se me ocurre que un blog-blog, uno con mayúsculas, requiere dedicación, compromiso, rigor y una cierta periodicidad (mucha). Aunque esto es relativo, porque muchos de los blogs a los que uno entra (a los que entro) no son, quizás, blogs ciento por ciento destilados, pues están más cercanos a, uno, el tradicional, pudoroso y reiterativo diario de vida o, dos, una suerte de medio de comunicación alternativo.
Un blog es un blog y, por definición, es lo que el autor quiere que sea. Está en la red y, por lo tanto, al nacer de la libertad más absoluta, puede ser amorfo, a tu medida o sin medida, arbitrario, excesivo, minimalista, con fotos o links a YouTube o lo que alguien está tramando en la red en este preciso instante. Dicho de otra manera: hay tantos blogs como personas. Uno podría decir, y se ha dicho, que hay tantos libros como autores. No me queda tan claro. Hay quizás más libertad (aunque menos calidad) en los blogs que en aquello que denominamos "el mundo literario". En la estratósfera de los blogs, la gente simplemente quiere ser, no contar. Quieren mostrarse. Algunos de manera sutil; otros patéticamente; otros muestran más de lo que deberían o de lo que uno quisiera ver. Pero hay una cosa libre, desordenada, que conmueve. Y que deja claro que incluso aquellos que no leen o no desean hacerlo a veces necesitan expresar por escrito. Sin duda que el narcisismo está detrás de todo esto (como si no lo estuviera detrás de la literatura), pero más que nada es un deseo de comunicar. De expresarse. De contar cosas o de mostrarlas. De compartirlas.
Que era como comenzó, alguna vez, antes de que se corporizara la literatura. La blogosfera no es un arte y ojalá nunca lo sea. Quizás hay párrafos o momentos que rozan el arte, pero en los blogs, o al menos en la mayoría, lo que está detrás no es el prestigio, el poder ni el dinero.
Nadie se define como un bloguero. Nadie anda por la vida blogueando o, si lo hacen, lo hacen para callado, como un secreto o un hobbie. Nadie espera ganarse la vida ni obtener una beca o dictar un taller de blogs.
Hay tantos blogs como narradores de blogs. Porque un blog, aunque sea de no-ficción (y la mayoría lo son), tiene mucho más que ver con el tema del blog que del que escribe el blog. Hay muchos blogs donde no está claro quién es el autor, pero todos, incluso los malos, tienen un autor y, a veces, una voz. Así, un tipo puede inventarse varias personalidades o nicks para crear distintas voces y, a la vez, distintos blogs.
Antes de seguir, volvamos al mundo literario en papel. Fernando Pessoa sería un blogger perfecto. Quizás fue el primero con su timidez patológica, sus heterónimos, entre sicóticos y tripolares, y su fatal falta de vida social. Pessoa, en El libro del desasosiego: "El mundo entero reducido a fragmentos que no conforman un verdadero todo, apenas texto sobre texto sobre texto".
Hoy, quizás, diría post en vez en texto.
Quizás.
Uno relee El libro del desasosiego y capta que no es un diario de vida. ¿Cómo podría serlo si el tipo no tenía vida? Son textos, pensamientos, dudas, meditaciones, apuntes. No me cabe duda que si Kafka o Pavese escribieran hoy, quizás tendrían un blog. Creo que deben haber muchísimos blogs con los nuevos Kafka y Pavese y que, sin duda, tal como sucedió con ellos, deben tener pocos hits. Es decir, serían poco visitados. En ese sentido, los blogs se parecen muchísimo a los libros y al mundo general. He navegado al azar y me he topado con blogs donde se nota que hay una voz detrás y a uno le queda claro que casi nadie ha visitado el sitio, tienen cero comments y donde, se deduce, que el autor es probablemente alguien con serios problemas de comunicación. Quizás por eso escribe. Quizás por eso tiene un blog privado pero, a la vez, público.
La diferencia, al final, es ésta: ingresar a los diarios de Kafka antes que Brod los hiciera públicos era imposible; ingresar al blog de Alejandro de Alejandría es fácil, pero nadie lo hace porque nadie sabe que existe. Alejandro de Alejandría no es el único blogger del planeta. Tampoco es el único escritor ni el único habitante, pero lo fascinante es que él o ella sienten que sí lo son. Y quizás por eso, en medio de la noche digital, escriben tan bien y con tanta verdad.
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