Monday, July 21, 2008

el camino sigue....

de El Comercio de Lima....
antes de partir para allá....
comentario muy lúcido de Road Story


En clave de historieta

Por Enrique Sánchez Hernani

Alberto Fuguet y Gonzalo Martínez unen pluma y pincel Road Story


Alberto Fuguet libró su batalla por devolver el universo de la literatura a los jóvenes, no solo en lenguaje y temática sino introduciéndose en su cultura, tomando partido por ella y creando un estilo generacional que a estas alturas está plenamente admitido.

Así, Fuguet resultó ser uno de los más apasionados cultores de ese mundo dominado por los géneros audiovisuales, por la nueva tecnología de las comunicaciones, y por el reinado de la informática y el cosmos virtual. Fuguet es un auténtico adicto al cine, la música contemporánea y no solo escribe novelas y cuentos sino que también guiones para cine e incluso un blog.

Se caía de madura, entonces, la idea de que alguno de sus cuentos fuese llevado a la historieta, después del éxito que significó la adaptación al cine de su novela Tinta roja. Ahora eso ha ocurrido con Gonzalo Martínez, historietista chileno que ha trabajado para El Mercurio y algunas agencias internacionales de prestigio.


El libro es Road Story y la portada, aunque privilegia el nombre de Fuguet, muy bien pudo haber compartido la marquesina, en tamaño, con el dibujante, por su bien logrado trabajo.

A lo largo de poco más de cien páginas, Martínez, con la complicidad entusiasta de Fuguet, ha limado el cuento "Road Story" que figura en el libro Cortos (2004) del autor chileno, despojándolo de la parte textual que su historia gráfica vuelve innecesaria. El logro es brillante. Narrada en blanco y negro, los recuadros muestran esa atmósfera de soledad, sordidez y pesimismo que el cuento había narrado espléndidamente.

La historia del viaje del personaje (un chileno que, huyendo de sí mismo, se encuentra con una muchacha boliviana) a través de un desolado Estados Unidos, ha sido plasmada con rigor de historietista. La criba del cuento es la necesaria, pues las viñetas complementan las sensaciones que daban los tramos eliminados del texto. El resultado es una historia gráfica apasionante. Con esto, Fuguet refuerza su figura de tótem de los nuevos tiempos y seguro ampliará su base de lectores, de aquellos que por ahora quizá sólo daban vistazos a su blog y no se animaban a hincarle el diente a sus libros. Enhorabuena.

Alberto Fuguet-Gonzalo Martínez Alfaguara Santiago de Chile, 2007 S/.